Seguimos monteando, con buen tiempo y abundante caza

Crónicas de las siguientes monterías:

– Santa Quiteria, festival de medallas. Durante la montería, los lances y las carreras se sucederían en bucle, con 3 ó 4 puestos que habían hecho su cupo en menos de una hora, dedicándose a ver pasar las reses durante el transcurso de la misma.

– Los Quinteos, desenlace feliz. La tarea se presentaba desafiante pero el buen hacer de las rehalas, la estrategia de la organización y el acierto de los monteros marcó la jornada como muy destacable.

– La Dehesa de Peraleda, Eolo hizo de las suyas. Los lances sobre las ciervas no se harían esperar, siendo éstas las perfectas escuderas de los guarros, que se resistían a salir hasta no ser achuchados por las rehalas. Una vez sueltos, los perros animaron la mancha pese a tener un duro rival que jugaba soplando fuerte y a rachas, anulando el sentido del oído.

– El Cucharero, arranque espectacular. Como era de esperar, y según las expectativas del orgánico, el plantel de reses logrado dibujó sonrisas entre los monteros, que satisfechos volvieron a sus casas tras un fructífero domingo en el campo.

– El Peñón no defraudó.El viento deslució el resultado pero aún así hubo un gran número de disparos, contabilizándose más de 85 lances.

– En Sevilleja de la Jara, la buena gestión dio su fruto.Los perros trabajaron de manera excepcional, haciendo cumplir a las reses en las diferentes posturas y siendo cómplices del buen resultado de la jornada.

– En Herguijuela del Poniente, los protagonistas fueron los muflones, La montería se desarrolló de forma óptima, aunque el viento cambiante e impertinente hacía complicado cazar de oído.

– La Dehesa cumplió, como se esperaba. Los amplios tiraderos permitieron divertidos y abundantes lances.

– La Morisca, entre armeros y amigos. Una gran montería en la que al final, los 20 puestos lograron hacer el cupo de venado.

– Emoción en La Osilla. Una vez los canes en tierra no hubo ni 15 minutos de tregua ni respiro. Alrededor de 124 tiros a lo largo de la jornada.

– Éxito de Marisma-La Habana. A las 11:45, al poco de soltar los perros, se propagaron por el monte un sinfín de descargas que no cesarían hasta el fin de la montería.

– En San Agustín, todos contentos. Tiros, tiros y más tiros que auguraban un resultado abultado y lucido, como fue el caso.

– Navaserrano y El Almendro. Un día en el que el buen ambiente y la plantificación de la organización fue todo un éxito.

– En las Lomas, muchas medallas. Preciosos tiraderos naturales, desde donde se contabilizaron más de treinta disparos antes de la suelta de las rehalas. Se avecinaba un monterión.

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