Cómo afrontar la caza del búfalo cafre o africano: armas, calibres y saber dónde colocar la bala

El verano es la época del año en que habitualmente más cazadores salen fuera de nuestras fronteras para cazar. En Trofeo, justo hace un año, repasamos lo que suele ser el primer safari del cazador cuando se encamina a África: el safari de iniciación o de antílopes. Hoy vamos a reflexionar sobre la caza, el equipo y el tiro cuando ya nos enfrentamos al paso siguiente en el continente africano: el safari de búfalo.

Es normal que, una vez que un cazador empiece a dar sus primeros pasos en caza internacional, comience por las cacerías, digamos, más asequibles. Tal vez una salida a los corzos en Europa, puede que un oso negro en el este de Canadá o, tal vez, un rececho en Asia de alguna especie de precio razonable, como el tur del Cáucaso o el íbex de Tien Shan. En esos momentos, el aficionado medio, con tendencia a salir de España, ya va viendo si su querencia está más hacia las cacerías de rececho y montaña o, más bien, le atrae el continente negro y siente la “llamada de África”.

Por qué enfrentarnos al búfalo africano

Puede que ya haya realizado una o dos salidas africanas a por antílopes y facocheros. Estos viajes suelen ser en los países más desarrollados y con una industria cinegética bien arraigada y contratada, como podrían ser Sudáfrica o Namibia. Es obvio que, en las noches de campamento, sus cazadores profesionales le hayan hablado de la apasionante cacería del búfalo africano. Por ello, el aficionado medio estará deseando ir a por su primer búfalo, el temido Sincerus caffer, con la tremenda emoción, adrenalina y cierto riesgo que esa cacería puede proporcionarnos.

Pero también es cierto que se puede sentir muy perdido a la hora de elegir el equipo, armas, balas y, en este caso, dónde tirar a ese torazo de cerca de mil kilos al que se va a enfrentar.

Vamos, pues, a intentar dar unas ideas que puedan orientarle en estos aspectos con ánimo de facilitarle su elección y asesorarle para que regrese con éxito de una de las grandes aventuras que aún pueden vivirse a un precio razonable en África.

Qué calibre sería el ideal

La elección en este tipo de safari se simplifica mucho, pues no hay casi otra solución que el .375 H&H con anteojo. No solo por tener la potencia necesaria, sino porque muchos países africanos lo establecen como mínimo legal para los “grandes”. Además, tiene el alcance necesario para todos los antílopes que usted quiera tirar, si están en el menú. Si usted conoce su rifle, ha tirado al blanco con él, lo tiene bien puesto en tiro y sabe jugar con los distintos tipos de balas modernas, con un anteojo de 1 a 4 o 6 aumentos, será perfecto como rifle para su primer búfalo.

Si fuese legal, yo, personalmente –ojo, no lo estoy recomendando–, no tendría ningún problema en buscar un búfalo, siempre autorizado y cubierto por mi cazador profesional, como debe ser, con uno de mis queridos 9,3×62 que conozco como el pasillo de mi casa. De hecho, con ellos se mataron miles búfalos, leones y elefantes en África en la primera mitad del siglo XX en las excolonias alemanas de Tanganica (hoy Tanzania), África Suroccidental Alemana (hoy Namibia) y Camerún. Pero si queremos cumplir las leyes de la mayoría de los países actuales, lo debemos relegar a los safaris de caza no peligrosa, donde ‘brilla como el oro’, especialmente en terreno cerrado.

La única otra opción que veo es uno de los .416 Rigby o Remington con un anteojo de 1 a 4 o 6 aumentos. Si usted va a cazar en terreno cerrado y su búfalo puede ser el principio de una pasión por el safari, indudablemente estará mejor armado con uno de los .416. Mayor calibre, mayor peso de bala, mayor momento, lo harán mucho más adecuado, especialmente si el terreno es cerrado y a la distancia corta. Si solo va a cazar uno o dos búfalos en su vida, el .375 H&H le será mucho más útil, en el futuro, tanto por si algún día tiene la suerte de poder ir a cazar a Norteamérica, como en montería en España, donde mucha gente lo utiliza con gran éxito sabiendo elegir las balas adecuadas.

La importancia de conocer y dominar el rifle

Este cazador de hoy, si utiliza un .375 o .416 que conoce bien y maneja sin problemas con un anteojo de pocos aumentos, tendrá más posibilidades de colocar su bala –eso sí, bien elegida–, en el ‘sitio correcto’ que con un peso pesado de miras abiertas. Si coloca una bala adecuada en ese ‘sitio correcto’, no tendrá ninguna necesidad de llevar uno de estos maravillosos, pero carísimos, rifles pesados.

Si tiene la suerte y la fortuna de poder seguir por la “llamada de África” y alguna vez en su vida tiene una situación complicada, será resuelta por su cazador profesional, que sí debe llevar uno de estos stoppers de calibre .458, .470 o .500. No solo tiene muchísima más experiencia y, por ello, podrá resolver esa situación sin problemas, sino que, además, es su obligación y su trabajo por el que usted le paga mucho dinero.

Vaya por delante que mucho más importante que el calibre o rifle elegido es su conocimiento, habilidad y familiaridad con el mismo. Por tanto, es vital que, antes de su primer safari, practique, dispare y pruebe su arma hasta la saciedad, tanto en el campo de tiro, como cazando lo que pueda en España con el rifle que va a llevar a África. No se le ocurra recoger en la armería un magnífico .375 H&H que ha comprado para su primer safari de búfalo y al día siguiente irse al aeropuerto a facturar, pues estaría comprando todas las papeletas para el desastre.

Según mi experiencia en la agencia de caza que dirijo, hoy cualquier safari se contrata con tiempo, o, al menos, así se debería contratar si quiere asegurarse buenas zonas, buenas fechas, buenos campamentos y buenos profesionales.

Por tanto, si compra un rifle de grueso calibre nuevo, por favor, compre también varias cajas de balas y haga varias sesiones de tiro con él. No sea bruto y dispare cinco cajas de balas el mismo día, pues, aparte de darle un calentón al rifle, va a acabar viendo doble. Vaya en días diferentes al campo de tiro y familiarícese con el gatillo, con el cerrojo, con el encare y, sobre todo, acostúmbrese a dominar su retroceso para que, a la hora de la verdad, no afecte a su forma de tirar. Especialmente, si nunca ha tirado con calibres grandes sería óptimo que lo llevase a varias monterías con las balas más blandas que encuentre para cogerle realmente el tranquillo a su nueva arma. También debe acostumbrarse y practicar las posturas típicas de tiro en África, como el tiro de pie, con apoyo en trípode que es muy frecuente.

Por favor, antes de su safari, si usa un arma nueva y especialmente si hay caza peligrosa en el menú, como es un búfalo, practique, practique y vuelva a practicar. Tome esta frase como lo más importante de todo lo que va a leer a continuación. Si no sabe dónde ni cómo, si usted quiere, llámeme o participe en una de nuestros seminarios de tiro para probar, conocer y dominar su maravilloso nuevo rifle africano.

¿Anteojo o miras abiertas?

El rifle para su safari de búfalo debe llevar anteojo. Aunque la mayoría de los búfalos se tiran entre 30 y 60 metros de distancia, puede haber excepciones. El anteojo le permitirá colocar mucho mejor el tiro en el ‘sitio correcto’ entre los claro oscuros del bush y las sombras, buscando un animal negro.

Además, y si su profesional ve que sabe lo que hace, le permitirá tirar un búfalo un poco largo, digamos, entre 80 y 120 metros, si está en una manada que le haga imposible acercarse más. Pero difícilmente le van a dejar tirar a más de esa distancia, para evitar colocar la bala mal y tener un búfalo herido, con lo cual el problema estará servido.

Por favor, no saque del maletín rígido un rifle de grueso calibre absolutamente nuevo y le explique a su profesional lo maravilloso que es, pero que nunca ha tirado con él… Le hará temblar más que si le da un ataque de malaria y empezará rezar todo lo que sepa, sea católico, protestante o musulmán, pensando el lío que se le viene encima.

Un bonito búfalo cobrado en un tiro relativamente largo de unos cien metros, en la desembocadura del río Zambeze.

La importancia de elegir la bala bien

Hasta los años 1980 solo se usaban en el búfalo balas blindadas para asegurar la penetración necesaria para llegar a los órganos vitales. Pero, cuando se empezaron fabricar a cargar comercialmente balas de alto control de expansión, la cosa cambió. Hoy se recomienda una bala de alto control de expansión para el primer tiro a un búfalo. Con retenciones de peso cercanas al 100 % esas balas hacen mucho más daño en los órganos vitales, que una blindada, en cualquiera de los tres tiros que veremos en el Consejo del mes.

Debajo de esa primera bala de alto control de expansión, en el cargador sí debe llevar solo balas blindadas. Los siguientes tiros serán a un búfalo huyendo, casi siembre de culo, en posturas forzadas. Y ahí sí necesita toda la penetración que una bala blindada le puede ofrecer. Y, por favor, sea su primer tiro mortal o no, lo normal es que el búfalo salga corriendo. Como usted no sabe si va a morir en los siguientes minutos o no, debe colocarle todas las balas de remate que pueda mientras vea un solo trozo de búfalo al que apuntar. No se quede ‘contemplando su tiro’, como se dice en África, pues si su primer tiro no fue al sitio correcto, se va a enfrentar a un delicado pisteo y a una posible situación de peligro.

Como balas de alto control de expansión las que mejor resultado me han dado están la Trophie Bonded Bearclaw, la Swift A-Frame cargada por Remington en su serie Safari Grade, la Barnes X y la Norma en su serie PH. Norma es la primera marca que carga el .375 H&H con balas de 350 grains, con las magníficas puntas soldadas australianas Woodleigh, lo cual lo deja muy cerca de los .416.

Su rifle para búfalo debe llevar anteojo. Le permitirá ver mejor dónde colocar la bala entre los claro oscuros del bush y, si es necesario, hacer un tiro relativamente largo, en torno a 100 metros, para un búfalo.

Últimamente he probada, con gran éxito, las Hornady GMX. Son balas monolíticas con retenciones de peso de casi el 100 % y expansión a 1,5 veces su calibre. Una maravilla para un primer tiro a un búfalo.

Si usted coloca una de estas magníficas balas en el ‘sitio correcto’, le aseguro que volverá a España con su búfalo cobrado y el recuerdo de la cacería más emocionante que haya hecho en su vida de cazador.

¿Dónde debo colocar la bala?

Creo que quedaría incompleto si no les intento explicar dónde deben colocar su bala en un búfalo. A mí me costó mucho aprenderlo y algún que otro pisteo bastante desagradable.

Hemos dicho varias veces que, si colocamos la primera bala en el ‘sitio correcto’, un búfalo correrá 100 o 200 metros, pero, irremediablemente, morirá en 5 o 10 minutos. Pero, si la colocamos mal, se producirá una descarga de adrenalina brutal que lo convertirá en la mayor máquina de absorber plomo del planeta y aguantará tiro tras tiro. Por ello, vamos a ver dónde está ese ‘sitio correcto’:

En un tiro lateral cruzado dividiremos el búfalo en una línea imaginaria horizontal que vaya exactamente a mitad de altura. Subiremos nuestra cruz por el centro de la pata delantera y colocaremos nuestra bala por debajo de esa línea, entre esa mitad y por encima del tercio inferior del pecho. Los africanos lo llaman tiro al hombro o shoulder.

Elija el calibre que elija, lo importante será colocar la primera bala en el ‘sitio correcto’. Entonces su búfalo podrá correr 100 o 300 metros, pero morirá irremediablemente. Para ello debe practicar las posturas de tiro frecuentes en África, antes de su primer safari.

Una buena bala expansiva romperá los músculos de ambos hombros o paletas, atravesará los dos pulmones y destrozará la parte alta del corazón y todas las venas y arterias que salen del mismo. Lo que los africanos llaman ‘la fontanería’: romperá el cayado de la aorta, las arterias carótidas y pulmonares y la vena cava. Será mucho más efectiva que una bala más baja que impacte en pleno corazón. Y tendrá mucho más margen de error. Lo único es que no debe colocar el tiro nunca más atrás de la pata delantera, pues entonces se enfrentara a un largo, incierto y peligroso pisteo.

En un tiro cruzado de frente, busque la luz que queda entre las patas delanteras, suba el rifle por ella y dispare cuanto esté entre un tercio y la mitad de altura del pecho.

Debe usar una bala de mucho control de expansión, pues fácilmente romperá la articulación del hombro, que es muy gruesa y muy fuerte. Este tiro es mejor evitarlo siempre que se pueda y buscar el anterior, que es mucho más seguro y fácil.

En un tiro frontal debe tirar a la parte baja una especie de V que se adivina en el pliegue de la piel del cuello. Justo a la altura de dos resaltes, como pelotas de tenis, que se ven a sus lados, que son la articulación del hombro. De nuevo impactará en la parte alta del corazón y destrozará toda ‘la fontanería’. Pero este tiro es el más difícil de los tres que hemos visto y con menor margen de error y, si es posible, debe evitarlo.

Si es novato en África y por si los nervios le pueden fallar, debe intentar en su primer búfalo buscar la posición cruzada que hemos visto en primer lugar. Es el tiro más fácil, con mayores márgenes de error y absolutamente mortal en pocos minutos.

Le aseguro que, si conserva la calma y coloca su primera bala exactamente ahí, tendrá su búfalo sin ningún problema. Mientras le entra y busca la posición de tiro, habrá pasado los minutos más excitantes de toda su vida de cazador. Y puede que, entonces, sienta la tremente atracción de la “llamada de África”, que le hará volver mientras tenga fuerza, dinero y tiempo para seguir cazando búfalos. Yo, al menos, le aseguro que así la sentí.

Roque Armada | Director de la Escuela de Tiro de Iberalia TV

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