La Fundación Caza Sostenible es una organización no lucrativa cuya finalidad es el estudio, defensa y promoción de la caza sostenible. Para la Fundación constituye una prioridad fundamental la defensa de una correcta imagen de la caza, basada en una caza más acorde con la realidad actual e inscrita adecuadamente en el paradigma de nuestro tiempo.
Actualmente la caza se enfrenta a importantes retos que hasta hace apenas unas décadas no existían. Por un lado, la caza como actividad se encuentra fuertemente cuestionada por una sociedad mayoritariamente urbana alejada del uso directo de los recursos naturales silvestres vivos. Por otro, muchas de las actuaciones dentro del propio sector cinegético son difícilmente defendibles desde los postulados actuales de conservación y sostenibilidad, lo cual, a su vez, alimenta la animadversión generalizada contra la caza.
En una gran mayoría, los cazadores como colectivo desconocen los instrumentos hoy ya existentes para hacer frente a estos nuevos retos a los que se enfrentan. Sin embargo, este instrumental existe. Se llama Caza Sostenible.
La caza sostenible constituye un modelo global de entender el hecho cinegético en su conjunto. Contiene un corpus teórico y práctico, bien estructurado y potente, para hacer frente a los retos actuales de la caza.
La caza sostenible conforma una gran corriente de opinión internacional apoyada por principales instituciones y organizaciones mundiales de primer orden. La caza sostenible está respaldada, entre otras muchas instituciones y organizaciones, por la Unión Europea (UE), el Consejo de Europa (COE), la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), BirdLife International, CITES, el Consejo Internacional de la Caza y Conservación de la Fauna (CIC) y la European Landowner Organization (ELO).
Dentro de este contexto, para explicar el modelo de caza sostenible, nos centraremos en cuatro punto básicos:
- Qué es la caza sostenible.
- En qué se basa.
- Para qué sirve.
- Qué hay que hacer para llevarla a cabo.
1.- QUÉ ES LA CAZA SOSTENIBLE
Conceptualmente, el uso o aprovechamiento sostenido de la caza se ha basado en la utilización indefinida del recurso cinegético a lo largo del tiempo sin detrimento de su tamaño o densidad. Por el contrario, cuando existe un aprovechamiento abusivo de la caza, que impide su regeneración y mantenimiento en el tiempo, se habla de sobreexplotación.
Hasta hace apenas unas décadas, el aprovechamiento sostenido de la caza (y con ello su sostenibilidad) se daba sin más cuando no había sobreexplotación y el recurso cinegético se mantenía de manera indefinida en el tiempo.
Sin embargo, actualmente esto ya no es suficiente. Cuando a lo largo del pasado siglo XX hizo su aparición la gestión directa de las poblaciones cinegéticas y de sus hábitats, han entrado en escena nuevas circunstancias que hacen totalmente necesario replantearse el concepto.
Hoy, a través de la gestión cinegética, se interviene en las poblaciones cinegéticas y en sus hábitats. Unas veces de manera positiva y, otras muchas, de manera negativa. Cuando la intervención es inadecuada porque afecta negativamente a las propias especies cinegéticas, a otras especies, o a sus hábitats (sea a nivel genético, poblacional o ecosistémico) entonces se habla de artificialización del recurso cinegético.
Por tanto, hoy en día, para comprender plenamente el concepto de sostenibilidad aplicado a la caza, se debe entender como caza sostenible aquella en la que no se da la sobreexplotación ni la artificialización. Sin sobreexplotación y sin artificialización.
La sostenibilidad de la caza tiene dos condiciones de obligado cumplimiento:
- La no sobreexplotación del recurso, su mantenimiento en el tiempo de manera indefinida.
- La no artificialización del recurso, su mantenimiento en el tiempo de manera natural, sin alterar negativamente sus parámetros naturales ni los de sus hábitats.
La sostenibilidad en la caza se alcanza cuando se cumplen estas dos condiciones. Solamente de esta manera, actualmente la caza es plenamente caza sostenible.
Todo ello lo corrobora claramente en su definición de caza sostenible la Carta Europea sobre Caza y Biodiversidad (European Charter on Hunting and Biodiversity), aprobada por el Parlamento del Consejo de Europa (COE) a través el Comité Permanente del Convenio de Berna en noviembre de 2007. La Carta define la caza sostenible como:
«El uso de especies de caza silvestres y sus hábitats en un modo y a un ritmo que no conduzca a la disminución a largo plazo de la diversidad biológica o entorpezca su restauración. Ese uso mantiene el potencial de la diversidad biológica para satisfacer las necesidades y aspiraciones de las generaciones presentes y futuras, así como el mantenimiento de la caza como una actividad aceptada social, económica y culturalmente (sobre la base de la definición de “Uso Sostenible” en el artículo 2 del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB)). Cuando la caza es llevada a cabo de manera sostenible, puede contribuir positivamente a la conservación de las poblaciones silvestres y sus hábitats, y también beneficiar a la sociedad».
2.- EN QUÉ SE BASA LA CAZA SOSTENIBLE
El modelo de caza sostenible se fundamenta en la conservación de la biodiversidad.
La conservación de la biodiversidad es la base que sustenta y legitima todo aprovechamiento de recursos naturales renovables vivos silvestres. Según lo cual, su aprovechamiento solo es justificable si permite su uso sostenido en el tiempo y con ello, y esta es la clave, colabora en la conservación.
Por tanto, la caza, como recurso natural renovable de especies silvestres, solo es comprensible bajo los parámetros de nuestro tiempo si su uso ayuda a la conservación. Para que haya una caza sostenible es imprescindible que existan «Beneficios Tangibles para la Conservación». Así lo entiende la comunidad científica internacional. Así lo establecen, por ejemplo, el Consejo Internacional para la Caza y la Conservación de la Fauna (CIC) en el documento Wildlife and Comercially-Bred Formerly Wilds Animal (CIC, 2011), la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en las Directrices de la Comisión de Supervivencia de Especies (CSE) de la UICN sobre la caza de trofeos como un instrumento para crear incentivos para la conservación (UICN, 2012), y la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) en el documento 39.1 Trofeos de Caza de Especies Incluidas en el Apéndice I o II de la 17ª Reunión de las Partes (CITES, 2016)
En un futuro próximo, con seguridad, la caza solo será admitida como una actividad lícita cuando cumpla con esta premisa: ser útil a la conservación de la biodiversidad. Lo cual se da cuando el uso de una especie silvestre, para ser sostenible, cumple las tres condiciones fundamentales que establece la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN, 1996):
- No reduce el potencial de uso futuro de la población cazada o menoscaba su viabilidad a largo plazo.
- Es compatible con el mantenimiento a largo plazo de la viabilidad de los ecosistemas.
- No reduce el potencial de uso futuro, ni perjudica la viabilidad a largo plazo de otras especies.
Cuando se cumplen estas tres condiciones, se cumplen los tres principios fundamentales de caza sostenible (Covisa, 2015):
1. Principio de Conservación de las Especies Cinegéticas. La caza debe conservar y mejorar las poblaciones en estado natural de las especies de caza, manteniendo su densidad, comportamiento natural y diversidad e integridad genética.
2. Principio de Conservación de las Especies No Cinegéticas. La caza no puede ser un problema para el resto de especies. Debe respetar las especies no cinegéticas, ayudando a conservar y mejorar con su gestión en la medida de lo posible el conjunto de poblaciones presentes.
3. Principio de Conservación de los Hábitats. La caza debe conservar y mejorar el ambiente en el que se desarrolle, manteniendo como un conjunto integrado sus componentes bióticos y abióticos, y los procesos naturales y antrópicos que los relacionan.
La caza tiene que ser un instrumento cierto para la conservación de la biodiversidad. Bajo esta premisa, el respaldo a la caza está asegurado, y con ello, su permanencia en el tiempo. A la vez que la animadversión pública a la caza de carácter puramente emocional puede ser respondida y contrarrestada con sólidos argumentos probados científicamente, respaldados por la comunidad científica internacional.
Sin embargo, la caza está actualmente inmersa en un grave proceso de artificialización que incumple severamente los parámetros de conservación y sostenibilidad, y la deslegitiman socialmente, dando argumentos difícilmente rebatibles a sus detractores.
La caza artificial, y los procesos de artificialización en la gestión cinegética que manejan las poblaciones cinegéticas como si fuesen ganado, convirtiéndolas de hecho en ganado, incumplen gravemente todas las premisas de conservación de especies naturales silvestres, tanto a nivel genético, poblacional, como ecosistémico. Una caza así, artificializada y antinatural, jamás puede cumplir con los estándares de conservación y sostenibilidad exigidos por las más importantes instancias científicas, totalmente respaldadas en ello por fundamentales instituciones y organizaciones internacionales.
A su vez, tampoco estas formas de caza artificial cumplen en lo más mínimo las condiciones que Ortega y Gasset establecía para que algo fuese verdaderamente caza. «La mismidad de la caza», lo que la caza es en sí misma (Sobre la caza, Ortega y Gasset, 1943). Estas formas de ‘caza’ pueden parecerlo, pero no son caza, sino otra cosa.
Por tanto, para llegar a establecer un modelo de caza sostenible lo primero y más urgente es desterrar todo este tipo de prácticas artificializantes antinaturales. Solamente cuando se aprovecha y gestiona de manera natural, sin artificialización, sobre poblaciones silvestres, viables en su propio medio por sí solas, y sus hábitats se conservan igualmente en estado de satisfacerles por sí mismos todas sus necesidades.
Cuando las poblaciones cinegéticas se mantienen puras genéticamente son silvestres y no ganado, y mantienen su carácter silvestre para su propia supervivencia y defensa; entonces hablamos de poblaciones silvestres naturales sobre las que sí se puede llevar a cabo una caza sostenible.
La caza artificial, los procesos de artificialización de manejo de las especies cinegéticas, la ‘caza de bote’, las prácticas de caza antiéticas que vulneran los más elementales principios éticos en los que se basa la caza (mismidad, persecución justa y conservación de especies y espacios), están fuera sin ninguna duda de toda caza que pueda denominarse plenamente caza.
3.- PARA QUÉ SIRVE LA CAZA SOSTENIBLE
La caza en la actualidad se enfrenta a dos grandes retos:
- La desvirtuación de lo que la caza es en sí misma a través de las múltiples formas de artificialización existentes.
- La enorme contestación existente contra la caza desde unas sociedades cada vez más urbanas alejadas del conocimiento directo del uso y gestión de los recursos naturales silvestres vivos.
Frente a ambos retos, la caza sostenible se constituye hoy en día como la forma más adecuada de contrarrestar estos dos grandes retos a los que se enfrenta la caza.
Frente a la artificialización de la caza, promoviendo un modelo de caza en la que su uso se realice sobre especies silvestres naturales, no intervenidas ni manejadas artificialmente, inmersas en sus ecosistemas de los que forman parte cumpliendo en ellos muchas otras funciones, además de ser un recurso útil para el hombre. A la vez que el propio recurso cinegético se base en los parámetros de ética que lo mantengan dentro de lo que la caza es en sí misma, sin desvirtuaciones innecesarias que solo consiguen deformarla.
Frente a la opinión pública contraria a la caza, con argumentos, hechos y pruebas contundentes que demuestren que la caza así ejercida, la caza sostenible, conserva las especies y sus hábitats, ayudando con su actividad a la conservación de especies y espacios.
En conjunto, lo que finalmente debe conseguir este modelo de caza es un cazador a gusto consigo mismo, seguro de su actividad y satisfecho de ayudar con ello a la conservación de la biodiversidad. Un cazador conservacionista.
4.- QUÉ HAY QUE HACER PARA LLEVAR A CABO UN MODELO DE CAZA SOSTENIBLE
Para llegar a establecer plenamente un modelo de caza sostenible es necesario construir un relato adecuado de lo que es la caza sostenible y en qué consiste. Tener un argumentario sólido basado en evidencias científicas ciertas y, por último, hacer pedagogía constante para ir calando en el colectivo cinegético y en la sociedad con hechos incuestionables que demuestren su validez. Información y formación.
En este contexto, la Fundación Caza Sostenible basa su actividad de información explicando y dando a conocer la caza sostenible en todos los foros en los que pueda intervenir y, especialmente, a través de su proyecto «Conoce la Caza Sostenible». Y de formación, a través de la Escuela de Caza Sostenible Fundación Caza Sostenible, desde la que queremos acercar el conocimiento del modelo de caza sostenible a todo el colectivo cazador.
Sin embargo, esto, aunque es absolutamente necesario, en sí mismo no es suficiente. También es totalmente imprescindible llegar a la sociedad en su conjunto para mostrarle qué es la caza cuando se desarrolla de una forma sostenible, ética y conservacionista. Ya existen fórmulas para ello y deben explorarse aún más para ir alcanzando progresivamente los objetivos propuestos.
No obstante todo lo anterior, debe quedar meridianamente claro que solo se pueden alcanzar estos objetivos si la caza se encauza adecuadamente hacia un modelo de caza en la que pueda reivindicar con rotundidad una actividad sostenible, ética y conservacionista.
Si, por el contrario, persiste en caminar en la senda del modelo de caza artificial e insostenible, difícilmente puede existir argumento alguno que la salve de una estigmatización cada vez más contundente. Si la caza persiste en el camino erróneo, la imagen negativa social de la caza persistirá y, sin lugar a dudas, irá en aumento. En esta tesitura, tampoco el cazador se podrá sentir a gusto consigo mismo al llevar a cabo una actividad desvirtuada, pálido reflejo de lo que es en sí misma, y siempre ha sido, la caza.
Desde la Fundación Caza Sostenible apoyamos plenamente el modelo de caza sostenible y nuestra finalidad como fundación es darlo a conocer y promoverlo para crear una corriente de opinión generalizada que provoque su aceptación y contrarreste la imagen negativa que la sociedad tiene de la caza, fomentando una imagen más acorde con una caza ética y conservacionista.
En la FCS trabajamos, desde un punto de vista posibilista, para que la caza pueda ir recuperando lo que siempre ha sido: una actividad tan ancestral como el propio hombre y que le ha hecho ser lo que es como especie, una actividad de aprovechamiento de un recurso natural renovable puramente silvestre, sin artificios. Una caza natural, ética y conservacionista. Una caza sostenible.
Justo Covisa
Presidente de la Fundación Caza Sostenible