Fabricar cimbeles de forma artesanal es una práctica ancestral desgraciadamente ya casi en desuso, como tantas otras. Ofrecemos a continuación unas pautas básicas para fabricar uno.
Fabricar cimbeles de forma artesanal es una práctica ancestral desgraciadamente ya casi en desuso, como tantas otras. Ofrecemos a continuación unas pautas básicas para fabricar uno.
1. El CUERPO
Cualquier madera ligera o corcho puede valer. En este caso utilizamos el comienzo de una rama de palma, que es fácil de tallar y flota bien, y en la que hay que replantear el dibujo del cuerpo del pato.
2. TALLADO DEL CUERPO
Con un cuchillo o una escofina tallamos la forma básica del cuerpo, que es la de una almendra alargada, a la que podemos dar más o menos detalle. Con una gubia puede hacerse la cola y las hendiduras de las alas.
3. HUECO PARA EL CUELLO
Un cúter puede servir para hacer un hueco donde más tarde se insertará la cabeza y se pegará con cola.
4. LA CABEZA
Para la cabeza utilizaremos un taco de madera en el que dibujaremos la silueta; y, tras cortarlo con una sierra de hoja fina, lo iremos desbastando con la gubia y la lima para darle forma, dejando en el cuello un taco que encaje en el cuerpo.
5. LIJADO Y BARNIZADO
Una vez terminada la talla, se tapan los huecos y la junta de la cabeza con el cuerpo con pasta de madera y se lija, primero con lija gorda y luego con fina.
Unas manos de tapaporos ayudarán a que cubra mejor la pintura. Conviene también barnizar con barniz de barco para impermeabilizar la madera lo mejor posible.
6. EQUILIBRADO
Atornillar un listón de madera donde poder enrollar una cuerda y un asa de metal para mejorar la flotabilidad.
Es importante calcular bien los pesos para que flote de forma natural, y fijarlo todo después de probarlo.
7. PINTADO
Dar una imprimación blanca para resaltar los tonos claros y los colores más vivos. La pintura bien extendida y algo disuelta en aguarrás aportará transparencia y un brillo más natural que resaltará aún más con un pulido de cera o barniz.
Un ojo artificial de plástico pegado sobre un círculo pintado en blanco acabará de dar vida a nuestro cimbel.
De la sensibilidad y pericia de cada uno dependerá el valor estético del resultado, aunque esto no influirá demasiado en que funcione mejor en la práctica.
Ya tenemos nuestro cimbel de azulón listo.
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