Los Tallares, buena montería cochinera en Riaza

En octubre la sequía y las altas temperaturas, más propias del mes de agosto, abrasaban nuestra piel de toro. Sin lluvias otoñales las fuentes y charcas estaban sin agua y los montes eran leña seca con el suelo duro y polvoriento sin comida para los cochinos. Una pobre berrea por la falta de lluvias ya nos había vaticinado un mal comienzo de temporada y muchas orgánicas suspendían sus primeras monterías programadas por el mal estado de las manchas.

Samuel Díaz y su equipo de la orgánica Las Castillas, nos avisaban que la mancha de Los Tallares, en Riaza (Segovia) estaba muy buena de cochinos. Los Tallares es una mancha muy fresca, mixta de Robledo/Pino y atravesada por el Arroyo de San Benito con aguas frescas y cristalinas.

A las 8:00 nos convocaron en el camping de Riaza, y después del desayuno, a las 9:00 en punto, se dio comienzo al sorteo de los puestos. La junta de monteros, por la vestimenta de los participantes, parecía más una tirada veraniega de palomas o de codornices que una montería de cochinos. Como es habitual en esta orgánica, después del sorteo, las armadas se organizaron y salieron rápidamente para cerrar la mancha.

Nos tocó un bonito puesto en la armada del Arroyo de San Benito y ya cargando el rifle y antes de la suelta de los perros, sonaron los primeros disparos que se fueron generalizando a lo largo de toda la mañana hasta llegar a contar 198 tiros.

En nuestro puesto se cruzaron varios marranetes primales, a los que no quisimos disparar y un soberbio cochino que se escurrió andando despacio y parándose por el alto, burlando a los pobres perros que jadeaban sin cesar después de muchas carreras bajo un sol de justicia.

Recogiendo nuestra armada pudimos constatar que casi todos los puestos habían disparado, algunos hasta a 2 o 3 cochinos, aunque también fue evidente el poco acierto en los disparos, algo muy habitual en las primeras monterías de comienzo de temporada.

En la junta de carnes contamos 21 cochinos abatidos y algunos monteros nos comentaban que habían quedado al menos 5 o 6 cochinos pinchados, en la mancha que se estaban pisteando ,pero que el sofocante calor no había ayudado al trabajo de los perros teckel de sangre para poder cobrarlos.

En conclusión, una buena montería cochinera que demuestra que las manchas hay que cuidarlas durante todo el año, pero que también hay que saber elegir el momento óptimo para cazarlas, en función de otros factores variables como el de la meteorología.

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