Sucedáneos

El Diccionario de la lengua española define sucedáneo: “Dicho de una sustancia: Que por tener propiedades parecidas a las de otras, puede reemplazarla”.

Entre los alimentos abundan los sucedáneos. A veces la etiqueta nos advierte de que el producto envasado tiene esa naturaleza; así, en el supermercado encuentro como “sucedáneo del caviar” los huevos de salmón, trucha o mújol; otras veces, sin previo aviso, se nos da gato por liebre.

Recuerdo que, hace tiempo, se vendían como azafrán unos polvos amarillos que daban color, no sabor, a las comidas. Me fijo en esto porque mi mujer es manchega y recuerdo cuando cada año los campos de su pueblo, y de otros, se vestían de morado, y en cada casa hombres, mujeres y niños “pelaban la rosa” obteniendo de cada una el tesoro de sus tres estigmas. Hoy, este tradicional cultivo casi ha desaparecido: las señas de identidad de los pueblos se están perdiendo o se han perdido.

Puestos a recordar, me remonto a nuestra posguerra. He conocido con el nombre de chocolate una pasta marrón cuya materia prima era algarrobas, sin rastro de azúcar, leche o cacao; las pepitas que encontrabas al masticar aquéllo probaban la espuria procedencia. El café, escaso y caro, se reemplazaba con malta o achicoria; y he visto fumar hojas de patata.

Me interesa subrayar que no siempre sucedáneo es sinónimo de mala calidad o de fraude; en mi cena de Navidad comparten manteles, con el jamón de pata negra, las gambas de Huelva, los langostinos, el queso manchego y el foie del Perigord, los huevos de mújol.

La caza también los tiene

Desde el mundo de los sucedáneos me aproximo al de la caza. Entre los anuncios de revistas cinegéticas encuentro: “monterías”, “perdiz roja, liebre, conejo, faisán”, “ojeos y tiradas de perdices y faisanes”, “perdiz natural”, “perdiz con reclamo”, etc. Participé (“confieso, padre…”) en una de esas “tiradas de faisanes”; la operación consistió en situarnos en semicírculo al pie de un cerro; en lo alto daban suelta a las aves, que por la fuerza de la gravedad más que por la de sus alas, descendían hacia la línea de escopetas. Cada una de ellas recibía multitud de disparos procedentes del frente, la izquierda y la derecha, de modo que ni siquiera se sabía quién la había abatido.

Considerar la “tirada de faisanes” “caza” es inaceptable; como lo es llamar “montería” al asesinato de animales indefensos soltados en los cercones la víspera de la matanza… o el mismo día. Creo que quienes defendemos la caza auténtica debemos hacer lo que esté en nuestras manos (probablemente bien poco) para evitar que esta vieja palabra, “caza”, cobije tales pasatiempos.

Y nos desvirtúan y desprestigian

No sobra recordar lo que los clásicos han dicho cuando hablan de “caza” y preguntarnos si puede predicarse de “cercones” y “faisanes”. Opiano la considera regalo que los dioses hicieron a los hombres; a muchos de los primeros cazadores les dominó la “violenta pasión amorosa por la caza”, pues “nadie que haya estado alguna vez seducidos por los encantos de la deliciosa caza podría abandonarla jamás voluntariamente, retenido como está por inefables lazos. ¡Qué dulce es dormir sobre las flores en primavera! ¡Qué dulce en verano el lecho en el suelo de una cueva! ¡Qué delicia para los cazadores la comida entre las altas rocas! Y ¡Qué alegría les embarga cuando cortan por sí mismos la flor de miel del otoño! La fría agua clara que brota de una gruta ¡Qué dulce bebida y qué dulce baño para un hombre cansado!”

En “Las Partidas”, leemos: “Et para esto una de las cosas que fallaron los antiguos que mas tiene pro es la caza, de qual manera quier que sea: ca ella ayuda mucho a menguar los pensamientos et la saña …”

Henry de Ferrieres, en “El libro de la Caza del Rey Modus” hace un elogio  diferente al de otros textos, que suelen poner el acento en lo que tienen de preparación para la guerra: “La caza es un entretenimiento muy divertido, y al mismo tiempo de gran utilidad para quienes se dedican a ella. Practicando la caza, los ricos evitan la ociosidad, vicio éste muy funesto, causa de todos los males, y los pobres pueden con ella ganar algún dinero”.

En el “Libro de la Caza” de Gastón Phoebus leemos que, además de ganar el cielo “los monteros viven en este mundo con más satisfacción que cualquier otra gente”; verán “la dulzura y la belleza del día cuando nace; …ese suave rocío sobre las ramas y las hierbas; oirán “el canto de los pájaros que cantan dulce, melodiosa y amorosamente”; gozarán en la junta y con los lances de la caza en la cena, y “después irá a gustar el aire fresco y el sereno de la noche por el calor que ha sufrido, y después se irá a acostarse en su lecho, entre buenas sábanas de lienzo fresco,  dormirá bien y saludablemente toda la noche, sin soñar en pecados.”

Alfonso XI, en “El libro de la Montería” hace un elogio de la caza semejante al que hemos visto en “Las Partidas”.

Juan Mateos, en “Origen y dignidad de la caza”, elogia lo que llamaríamos su sentido deportivo, o sea, hacerla más difícil y arriesgada; y narra los lances más comprometidos en que se ha visto o ha visto al Rey o a los nobles que ha servido.

Alonso Martínez de Espinar, en “Arte de ballestería y montería”, define la caza así: “Es una acción de buscar, seguir y perseguir a las fieras o a las aves para rendirlas o sujetarlas el hombre a su dominio”. En varios lugares distingue entre “cazar” y “matar”.

No quiero aportar más citas; en los libros de Pedro de Pedraza, Luis de Barahona, Fernando Tamariz, y tantos otros, encontramos elogios parecidos.

Al pan pan y al vino vino

Lo dicho no quiere decir que deba desautorizarse todo lo que no sea caza tradicional, los sucedáneos pueden ser defendidos como actividad de ocio lícita y desde otros puntos de vista; por mi parte nada que objetar a quienes se diviertan con estas cosas, “hay gente pa tó”, como dijo el célebre torero.

Va siendo hora de que las Leyes de Caza tomen cartas en el asunto y delimiten caza y sucedáneos (“al pan pan y al vino vino”), aunque no sea fácil porque, a veces, los linderos entre y una y otros son imprecisos. Algo de lo que propongo hay en la Ley de Caza de Castilla-La Mancha, aunque lo hecho no me gusta; otro día, invadiendo el campo que tan acertadamente cultivan en TROFEO otros autores. expondré por qué digo esto.

Francisco Cuenca

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

RESPONSABLE Ediciones Trofeo S. L - CIF B86731221 - Ediciones Trofeo
CONTACTO C/Musgo nº 2 Edificio Europa II-1D . 28023, Madrid (Madrid), España
Tel. 91 805 35 52 - Email: [email protected]
Puede ponerse en contacto con nuestro Delegado de Protección de Datos en el
email [email protected]
FINALIDADES Gestión de las solicitudes de suscripción recibidas a través de nuestra página web, envío de
comunicaciones comerciales, promocionales y de información de nuestros productos y/o servicios .
LEGITIMACION Consentimiento explícito del interesado ; Existencia de una relación contractual con el interesado
mediante contrato o precontrato
CONSERVACIÓN Gestión clientes : Durante un plazo de 5 años a partir de la última con{rmación de interés. Los datos
personales proporcionados se conservarán durante los plazos previstos por la legislación mercantil
respecto a la prescripción de responsabilidades, mientras no se solicite su supresión por el interesado
y ésta proceda, y mientras sean necesarios -incluyendo la necesidad de conservarlos durante los
plazos de prescripción aplicables-o pertinentes para la {nalidad para la cual hubieran sido recabados
o registrados
DESTINATARIOS Gestión clientes Ecommerce (suscripciones): Administración Tributaria ; Bancos, cajas de ahorros y
cajas rurales
Gestión clientes: Administración Tributaria ; Bancos, cajas de ahorros y cajas rurales ; Administración
pública con competencia en la materia
TRANSFERENCIAS INTERNACIONALES No realizamos transferencias internacionales de sus datos
PROCEDENCIA Suscriptores a la revista: El propio interesado o su representante legal . La vía principal de
suscripción son los formularios de nuestra página web.
DERECHOS Usted tiene derecho acceder a sus datos, recti{carlos, suprimirlos, limitar u oponerse a su tratamiento,
a su portabilidad, a no ser objeto de decisiones automatizadas, a retirar su consentimiento y a
presentar reclamaciones ante la Autoridad de Control (Agencia Española de Protección de Datos).
Más información en nuestra https://trofeocaza.com/politica-de-privacidad/ o
[email protected]

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Image Image Image Image Image Image Image Image Image Image Image Image

Image Image Image Image

Image Image Image

Image Image Image Image

Image Image Image

Image Image Image