«En España, durante los inviernos húmedos, cuando las marismas son verdaderos mares en miniatura, de nada sirven los métodos usuales de caza de acuáticas (…) parecen ser durante tales épocas el campo ideal para el empleo del cañón patero».
La España Agreste, 1892.
Mucho ha cambiado nuestra naturaleza desde que A. Chapman y W.J. Buck publicaran a finales del siglo XIX su libro La España Agreste, nombre parecido al de La España Salvaje que dio pie a la serie documental dirigida por Borja Cardelus en TVE y en la que participó el propio príncipe Felipe.
Mucho han mudado los inviernos. Dicen los dos autores citados que en el mes de diciembre de 1887 no dejó de llover un solo día en diciembre en la comarca de Doñana. Ni las épocas, ni las vedas, ni las especies son las mismas; la situación de las especies tampoco.
El cañón patero sería considerado hoy como un método masivo, no selectivo, prohibido completamente por la Directiva Aves. La realidad es que la caza de acuáticas en España poco a poco desaparece.
Como refiere Antonio Notario, Madrid y Murcia directamente tienen prohibida la caza de acuáticas. Y lo cierto es que el resto de comunidades autorizan la caza de acuáticas pero en unas especies y en unas condiciones cada vez más limitadas, cada año más encorsetadas.
No es solo que la caza de acuáticas esté prohibida en muchas masas de agua, sino que, por ejemplo, comunidades como Castilla-La Mancha acaban de reducir a seis especies el número de acuáticas cazables (ánade real, focha común, pato cuchara, ánsar común, cerceta y ánade friso).
Además para algunas de ellas han establecido cupos muy reducidos. La orden de vedas de 2017-2018, contra la que, para variar, arremeten los ecologistas, suprime dos especies de acuáticas de un plumazo (el ánade rabudo y el pato colorado).
El problema de las acuáticas es el mismo de las especies migratorias en general, su carácter transnacional, la necesidad de respuestas conjuntas, no ya en toda Europa sino en todos los escenarios (incluida África) en que dichas especies tienen alguna parte de su ciclo vital.
La globalización no es solo una cuestión de móviles y turismo masivo, sino de enfoque de los problemas medioambientales y de las especies.
Así lo sugiere Eduardo de Aranzadi en el prólogo del libro de Antonio Notario Gansos y Patos (Madrid, 2009).
Que Madrid o Castilla-La Mancha prohíban o limiten tal o cual especie no es más que un brindis al sol en la aldea global. Poco o nada mejorará la especie del pato colorado porque en los escasos humedales de La Mancha se prohíba su caza.
Las acuáticas y en general el medio ambiente requieren menos improvisación, más estudios serios y sobre todo datos y menos folclore comunicativo. En mi opinión y en la de los expertos consultados, las nuevas restricciones en Castilla-La Mancha (por poner un ejemplo cercano) se han hecho más a golpe de intuición o corazonadas que de ciencia.
Las acuáticas, los humedales que las albergan, requieren un programa a medio plazo que los salve de la desaparición o de ser algo testimonial. Solo conservando adecuadamente esos hábitats, poniendo freno al derroche de agua en agriculturas deficitarias, la contaminación, el control del jabalí, y el deterioro de las zonas húmedas en general, se revertirá la situación de las acuáticas.
Prohibir poco o nada influirá en los próximos veinte años en el estatus poblacional de la cerceta o el ánsar común.
Lo curioso es que esto mismo, con veinte años menos, lo dije en uno de los primeros artículos que escribí para revistas del sector, ya no recuerdo si para Trofeo (que dirigía José Ignacio Ñudi) o para Caza y Pesca (con Cesáreo Martín y Adolfo Sanz al frente).
Me temo, que pese a tantos titulares, asociaciones y ONG´s, presentaciones, y declaraciones grandilocuentes varias, poco hemos avanzado. Supongo que pasarán otros veinte y seguiremos igual o peor en un país enciscado en discusiones absurdas varias (imaginen la que quieran) y en realidad fragmentado en dieciocho miniestados y aliñado (incluso desde el sector cinegético) con grandes dosis de sectarismo, ombligismo, mala baba y cortedad de miras.
¿Apostamos algo?
Santiago Ballesteros Rodríguez
Abogado. Experto en caza y medio ambiente
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