Consulta sobre las Directivas de Aves y Hábitats

A principios de 2015, la Comisión Europea realizó una acción de “Control de Adecuación” sobre las Directivas de Aves y Hábitats al objeto de determinar si su actual marco regulador es adecuado a sus objetivos.

Como parte de este proceso de evaluación, llevó a cabo una consulta pública para conocer la opinión de los europeos y de las partes “interesadas” sobre este trascendental asunto.

Finalmente, contestaron más de medio millón de personas, el mayor grado de respuesta que ha alcanzado la Comisión Europea en cualquiera de sus consultas. Ello, sin duda, demuestra la gran concienciación que las Directivas generan entre los ciudadanos europeos y el apoyo del que disfrutan, incluso en estos tiempos de incertidumbre económica…

La consulta pública en la red se llevó a cabo durante un periodo de 12 semanas, de abril a julio, y el cuestionario contenía 32 preguntas con opciones múltiples y una pregunta final abierta.

HA GENERADO UN INUSITADO INTERÉS

Concretamente, los participantes tenían la posibilidad de responder solo a las 14 primeras preguntas generales de la Parte I, o ir más allá y responder a otras 18 preguntas más detalladas en la Parte II. ¿Su objetivo? Obtener opiniones y reflexiones cualitativas sobre la efectividad, eficiencia, coherencia, relevancia y valor añadido de las dos Directivas.

Tras la conclusión de estas de 12 semanas, la consulta había generado un inusitado nivel de interés. En total, se enviaron 552.472 respuestas, la mayoría de ellas desde Alemania y Reino Unido (cada uno con alrededor de 100.000 respuestas), seguido de Italia (alrededor de 70.000), España, Bélgica, los Países Bajos y Francia (cada uno con alrededor de 40.000 respuestas).

Casi todas fueron personales, pero algunas organizaciones también enviaron alrededor de 4.600 respuestas, de las cuales la mitad correspondieron a empresas.

En general, el interés de los encuestados varió significativamente entre lo que solo respondieron a la Parte I (97% de los encuestados) y aquellos que cumplimentaron también la Parte II (el 3%).

La gran mayoría de los que respondieron a la Parte I manifestaban que estaban interesados principalmente, o eran activos, en el medio ambiente. De los 16.815 que respondieron a las Partes I y II, los intereses eran muy diversos, con el 21% de ellos interesados por la actividad cinegética, el 19% en la naturaleza, el 17% en la silvicultura y el 15% en la agricultura.

¿CUÁLES FUERON LOS RESULTADOS?

La mayoría de quienes respondieron a la Parte I declararon que, en su opinión:

– Las Directivas de Aves y Hábitats son importantes o muy importantes para la conservación de la naturaleza (98%).
– Los objetivos estratégicos y el enfoque establecidos son apropiados o muy apropiados para la protección de la naturaleza en la UE.
– Las Directivas resultan efectivas o muy efectivas para proteger la naturaleza (93%).
– La política medioambiental de la UE apoya las dos Directivas (94% está de acuerdo). No obstante, las políticas agrarias y de desarrollo rural (93%), energía (96%) y las de transporte (97%) no lo hacen. Otras áreas de políticas podrían contribuir en mayor medida.
– Las Directivas aportan un importante valor añadido por encima del que podría alcanzarse a través de la legislación nacional o regional (93%).
– Todavía es necesaria más legislación comunitaria para proteger las especies y los hábitats de la UE (98%).

Sin embargo, las opiniones varían dependiendo del encuestado. En conjunto, las empresas expresaron una opinión más negativa de las Directivas, especialmente en lo referente a los aspectos económicos. Más del 90% de las respuestas a la Parte I llegaron a través de la campaña “Alerta Naturaleza”, organizada por ONGs conservacionistas, lo que se ha reflejado en gran medida en los resultados obtenidos.

Las opiniones expresadas en la Parte II parecen contrastar en cierta medida con las que figuran en la Parte I, lo que refleja la diferente composición de los encuestados en ambas partes y el impacto de las diferentes campañas. Alrededor de un tercio de las respuestas a la Parte II provenía de una campaña apoyada por agricultores, silvicultores y cazadores.

La mayoría de los que respondieron a la Parte II compartió la opinión de que:

– Los costes administrativos asociados a la implementación de las Directivas son considerables (60%).
– No hay suficiente financiación para aplicar las Directivas /77%).
– Esta falta de financiación está restringiendo significativamente el progreso (74%).
– La correcta aplicación, una coordinación nacional eficaz, la cooperación internacional, la sensibilización y la orientación pública tienen cierto impacto en el éxito de las Directivas (87-90%).
– Los siguientes factores limitan significativamente el progreso de las Directivas: una participación insuficiente de partes interesadas (65%), la inefectiva coordinación local (62%), las lagunas en el conocimiento científico de las especies y los hábitats (61%), la formulación ambigua de las Directivas (54%), una inefectiva coordinación a nivel de la UE (54%).
– Las interacciones con otras leyes y políticas de la UE han provocado ineficiencias en cierta medida (58%) o en gran medida (27%).

OPINIONES EXPRESADAS EN LA PREGUNTA FINAL ABIERTA

En total, alrededor de 10.000 encuestados enviaron comentarios en la última pregunta abierta. Un examen detallado de una muestra del 10% de los comentarios reveló que uno de los temas planteados frecuentemente por todos los encuestados (individuos y organizaciones) fue que los objetivos de las Directivas están pésimamente implantados o ejecutados. Estos comentarios varían desde declaraciones generales sobre la falta de ejecución, control o seguimiento, hasta otros más específicos sobre la debilidad en la gestión de las áreas protegidas.

Concretamente, hubo cierta divergencia de opiniones según los tipos de encuestados. Entre aquellos interesados o activos en la agricultura, la silvicultura, la pesca y la caza, un número considerable comentó que los aspectos socio-económicos no tomaron en cuenta adecuadamente y que los propietarios de la tierra y los usuarios, como expertos en el uso o la gestión de la naturaleza o de los recursos naturales, no estuvieran suficientemente involucrados en la implementación de las Directivas.

Muchos dijeron también que las Directivas de la naturaleza conllevan un coste considerable asociado a su implementación y que sentían que era una carga demasiado alta para ellos.

Los encuestados en el campo de la naturaleza y medio ambiente comentaron sobre todo que los problemas de aplicación estaban relacionados con la falta de cumplimiento, la escasez de recursos financieros y humanos y una falta de cohesión con otras políticas, en especial la agraria. Otros muchos también insistieron en que, en su opinión, las Directivas eran efectivas, tenían un valor añadido sobre la legislación nacional y por tanto deberían mantenerse.

Jaime Valladolid

Especialista en Derecho Cinegético y Medioambiental