La primera generación de Volkswagen Tiguan se convirtió en uno de los modelos SUV más aceptados por el mercado, pero la competencia nunca se está quieta y el fabricante alemán ha sabido reaccionar ante los movimientos de sus competidores haciendo del Tiguan un producto muy distinto tanto por dentro como por fuera.
El diseño es ahora más atractivo, más musculoso gracias a que en su carrocería aparecen un mayor número de aristas y se ha ganado mucho en términos dinámicos, tanto a nivel de bastidor como en eficacia de los motores, más potentes, más limpios y más ahorradores los de esta nueva generación.
En cuanto a dimensiones el Tiguan es mayor aunque no lo parezca, es más largo y más ancho, teniendo reflejo claro en el interior, que ahora es más amplio y práctico. La idea de Volkswagen es rivalizar con modelos de la talla del Nissan Qashqai, Honda CRV, Ford Kuga o Toyota RAV4, pero la verdad es que les ha salido un modelo que está más próximo a un Audi Q3 que a estos, y así lo atestigua también su precio, un peldaño por encima que el de los rivales generalistas.
La gama de motores del Tiguan es muy amplia; Volkswagen apuesta por tener un espectro muy amplio y así amoldarse a las posibles demandas de los clientes, ofreciendo cambios manuales y automáticos y la elección entre la tracción a las cuatro ruedas o solamente delantera.
El protagonista de nuestra prueba es el Tiguan TDI de 190 CV que solo se puede asociar al cambio automático DSG de siete velocidades y a la transmisión integral 4Motion. El acabado es el Sport, que destaca por un equipamiento muy completo, pero Volkswagen ha realizado una mejora sustancial de su dotación, de modo que desde los 42.260 euros de precio de partida la unidad probada eleva su coste a los 49.265 euros.
Claro que a cambio disfrutamos de elementos extras como las llantas de 20 pulgadas, tren de rodaje deportivo, dispositivo de remolque abatible, Emergency Assist, asistencia en atascos, asistente para desaparcar, así como Side Assist Plus y Lane Assist, Head up display, paquete off road, portón trasero de accionamiento eléctrico, sistema de cierre y arranque sin llave Keyless-Access, control de presión de neumáticos, sistema Bluetooth Business y sistema de navegación Discover Pro.
AMPLITUD Y TECNOLOGÍA
El incremento en el tamaño se traduce en un habitáculo muy aprovechable y amplio sin que, como hemos dicho, se note en el exterior, por lo que el Tiguan es un coche perfecto para los movimientos diarios en el tráfico urbano.
La zona trasera admite a tres pasajeros de forma confortable y tiene en el espacio para las piernas la mejor cota pues los asientos son deslizantes 17 cm, lo que permite jugar con el espacio para las piernas o el espacio del maletero. Gracias a este deslizamiento el maletero amplía su capacidad desde los 520 a los 615 litros de volumen.
El respaldo de esta fila también tiene regulación en inclinación, lo que mejora el confort de estos pasajeros.
El conductor dispone de un cuadro de instrumentos virtual, siendo este una pantalla de led de 12,3 pulgadas, y la información que en ella aparece es completamente personalizable y basada en tres estilos diferentes: clásico, off road o sport.
La información es muy clara y muy sencilla de manejar, a pesar de la multitud de menús y datos que se pueden visualizar.
Otro aspecto tremendamente positivo es la calidad de realización y remate; resulta impresionante el ajuste y el acabado de materiales, plásticos blandos y suaves en las partes de contacto, tanto visual como al tacto.
Además, su interior parece estar mejor insonorizado que la anterior generación, un detalle interesante a la hora de afrontar un viaje largo.
El puesto de conducción destaca por comodidad, pero sobre todo por el buen manejo de todos los mandos y la visibilidad que permite teniendo las esquinas del coche controladas en todo momento, incluso en las zonas de tráfico algo más estrecho. Para las maniobras y circulación en ciudad el Tiguan está además pertrechado de muchas ayudas electrónicas que ‘cuidan’ de la integridad de coche y conductor.
En carretera el Tiguan denota su procedencia de Passat (comparten bastidor) pues la sensación de aplomo y seguridad es muy alta.
En el momento de abandonar las grandes vías cabe destacar la precisión y facilidad de guiado por carreteras de curvas. Motor y cambio se complementan perfectamente; el DSG de 7 marchas es rápido en los cambios mientras que el motor no muestra dudas de entrega en ningún momento de su régimen, con un empuje contundente y carente de brusquedades. Si se quieren explorar más sensaciones solo hay que cambiar al modo sport, donde el Tiguan es algo más nervioso en su respuesta.
¿Los consumos? Brillantes. En modo de conducción normal se ven cifras de 6 litros, y si buscamos bajar los consumos no es difícil ver los 5,5 litros (conseguidos en nuestra prueba en tráfico real). Vamos, que para tratarse de un coche de transmisión total con caja de cambio automática y 190 caballos de potencia estamos hablando de unas cifras bastante buenas.
Como hemos indicado el Tiguan parece más un turismo por comportamiento que un SUV, y para los que busquen una adquisición lo más ajustada posible existe una versión con solo tracción delantera. Pero los que tienen que adentrarse en campo, o tirar de un remolque, pueden encontrar en el Tiguan una fácil solución.
Los 4Motion disponen de una carrocería modificada para tener mejor ángulo de ataque y salida. El sistema permite elegir entre cuatro modos de funcionamiento: nieve, carretera, off road y off road personalizable.
Sus capacidades, las normales en este tipo de vehículos: llegar algo más allá sin comprometerse en las dificultades.
