Este jueves 3 de marzo entrará en vigor el Reglamento de la Ley de Caza de Castilla-La Mancha, cuya finalidad es «promover la actividad cinegética sostenible y compatible con la conservación de la naturaleza», tras haberse aprobado este lunes en Consejo de Gobierno el decreto que pone en marcha la regulación de esta normativa en materia de caza. El consejero de Desarrollo Sostenible, José Luis Escudero, mantiene que con este documento de regulación de la ley se aúnan «los anhelos de todos los grupos de interés sobre la base del mejor conocimiento técnico y científico, escuchando sus puntos de vista y sus demandas, sin perder de vista los objetivos de conservación biológica establecidos en las directrices europeas».
Tras dos años de intenso trabajo, hoy se ha aprobado el decreto por el que se aprueba el reglamento general de aplicación de la Ley de Caza de Castilla-La Mancha, y en él han participado los Consejos Regional de Caza, Consultivo y Asesor de Medio Ambiente, entre otros. Como se ha indicado esta mañana en rueda de prensa, este reglamento servirá para consolidar el papel de la caza en el territorio «como una actividad socioeconómica sostenible, como herramienta de planificación, gestión y puesta en valor del medio natural, con el desarrollo de una caza más responsable y respetuosa con la biodiversidad y generadora de riqueza en el mundo rural».
Entre las principales novedades destaca la inclusión de un capítulo específico dedicado a la mejora y conservación de los hábitats como punto fundamental para mejorar las poblaciones de las especies cinegéticas, y con ellas otras especies protegidas, así como el ajuste y adecuación de los plazos de la actividad cinegética a la realidad biológica de fauna silvestre y el seguimiento de la biodiversidad asociada.
Además, para la temporada de caza 2022/23 se triplicarán los cotos sociales en Castilla-La Mancha, que fueron eliminados en 2012, pasando de tres a los nueve que se pondrán previsiblemente en marcha, «impulsando a través de los mismos una caza sostenible que supone un importante ingreso para los pueblos», explican desde el Gobierno regional.
El consejero de Desarrollo Sostenible ha recalcado que la nueva normativa quiere impulsar el relevo generacional entre el colectivo de cazadores e incrementar la participación de la mujer en el sector, que actualmente solo representa el 1,6 por ciento. «Castilla-La Mancha se vuelve a poner a la vanguardia en materia de gestión cinegética como factor de crecimiento y desarrollo de forma respetuosa con la biodiversidad, reforzando el papel de una caza de valor social y ecológico, próxima a las dinámicas de la naturaleza», ha señalado Escudero.
Castilla-La Mancha dispone de 5.858 terrenos cinegéticos en toda la región, y el reglamento dispone la identificación y seguimiento de aquellas poblaciones cinegéticas que estén en desequilibrio con el fin de poder actuar sobre sus hábitats y remediar el problema. Se implantarán certificaciones de sostenibilidad, tanto de los servicios ecosistémicos como del propio aprovechamiento cinegético, un registro que ya se ha iniciado en el Coto Social de Cañadillas de Sevilleja de la Jara (Toledo) y cuyo objetivo es extenderlo al resto.
Desde la consejería se trabaja en la ampliación de los cotos sociales, en los que se aplicarán los «criterios de sostenibilidad más elevados como espacios de intercambio de las mejores prácticas y ejemplo para el conjunto de cazadores y cotos de la región».
El Gobierno de García-Page estima que el sector cinegético emplea a más de 6.500 personas de forma directa en la región y mueve alrededor de 600 millones de euros cada año.