Perros polivalentes

 

Especialistas & polivalentes.

Los perros de muestra los hemos clasificado en dos grandes grupos. Los perros especialistas, que son aquellos que han sido seleccionados para unas funciones muy concretas y están altamente cualificados para ello.

El ejemplo más claro de esta afirmación son las dos razas de muestra más populares de Inglaterra, el pointer y el setter. En búsqueda, en olfato y en muestras son superiores y posiblemente no hay raza que los alcance en estos aspectos.

Esto va en consonancia con la filosofía de caza de los británicos, que llevan un perro para cada función. El máximo de un cazador de pluma será llevar un pointer para la muestra, un springer para levantar la pieza y un labrador para cobrarla.

En el lado opuesto están las razas polivalentes, que son las razas que predominan en la Europa continental y que han sido diseñadas para que valgan un poco para todo. La filosofía de caza en Europa es que un cazador puede abatir muy diferentes especies en una jornada, puede ser una perdiz pardilla, un pato, una liebre, un corzo o un jabalí.

Por ello se inventaron las armas drilling (escopeta y rifle a la vez) y los perros polivalentes, que igual paran una perdiz pardilla, cobran un pato en el agua o siguen el rastro de una jabalí herido. Entre estas razas están los bracos alemanes, drahthaar o grifón Korthals.

Indudablemente, un perro de una raza polivalente es el que mejor se adapta, y se saca un mejor rendimiento a un entrenamiento para trabajar sobre diferentes especies, incluso en especies muy diversas como la menor y la mayor. No obstante otras razas también se pueden orientar hacia este tipo de trabajo, incluso perros mestizos pueden hacer una buena labor.

 

Sobre el springer spaniel.

Sin duda, el springer es una de mis razas favoritas, y aunque nunca he tenido ningún ejemplar, he cazado numerosas veces con ellos, especialmente en el extranjero, y me gustan mucho.

Son perros muy alegres y activos en la caza, con mucha afición, a pesar de la cual siempre están pendientes de sus dueños y de las indicaciones que les dan. Excelentes cobradores, son perros rústicos resistentes al agua y al frío.

El tamaño también es una ventaja, ya que son suficientemente grandes para desarrollar un buen trabajo y suficientemente pequeños para que sean muy manejables.

Aunque no los he entrenado nunca, creo que es una de las razas que se pueden adaptar fácilmente a un uso polivalente. Su fuerte instinto rastreador hace que sean unos excelentes ‘levantadores’ de caza menor en vegetación densa, o que se pueda utilizar pisteando un animal de caza mayor herido. Creo, sin dudas, que es una raza prometedora en este sentido.

Nunca he entendido por qué no son más populares en nuestro país, en el extranjero es una raza muy utilizada por cazadores.

 

Por dónde empezar.

Cuando se entrena un cachorro, hay ciertas normas básicas que deben aprender sin importar a qué disciplina de caza se vaya a dedicar. Incluso un perro que se vaya a tener como mascota, debe tener un mínimo de educación y disciplina, que serán las primeras lecciones.

Que sea obediente a la llamada, respetuoso cuando se le diga que tiene que estar quieto, camine correctamente de la correa, vaya tranquilo en el coche, sepa comportarse con las personas, los niños y otros perros, entra dentro de la educación básica que debe aprender. Por lo tanto, empezaremos con estas enseñanzas.

Si podemos realizar una estimulación precoz, es decir, si empezamos a entrenar a cachorritos de 2-4 meses, el asunto ayuda mucho. La estimulación precoz consiste en desarrollar a edades muy tempranas diferentes aspectos del trabajo que va a realizar de mayor.

En la actualidad sabemos que los cachorros nacen con muchas conexiones neurológicas a nivel cerebral, y van reforzando las que utilizan, mientras que se van debilitando las que no lo hacen. Si de manera precoz estimulamos las partes del cerebro que nos interesa, de mayor el perro trabajará con mucha más facilidad.

La forma de hacerlo consiste en trabajos muy cortos realizados con frecuencia. Por ejemplo, un rastro de 20-30 metros que termine en una piel escondida en un pequeño arbusto, es muy tentador para un cachorro, sobre todo si cuando encuentra la piel (un auténtico tesoro para el cachorrito) viene acompañada de caricias y halagos. Hacer esto 2-3 veces por semana desarrolla la zona cerebral del rastreo.

Tengo por norma trabajar más lo opuesto para lo que inicialmente está pensada la raza.

Así, si el springer está seleccionado –y lo hace especialmente bien– para levantar y cobrar caza menor, y los pájaros son pasión, empiezo trabajando insistentemente los rastros de sangre y las pieles de animales de mayor.

Es decir, estimulo especialmente los aspectos sobre los que podría tener más problemas.

Entrenando perros polivalentes, y en general para la educación de cualquier perro de caza, la estimulación precoz en cachorritos a edades muy tempranas da muy buenos resultados. Exponerle a situaciones ‘ficticias’ con pieles y plumas que simulen caza real da unos excelente resultados.

Pero si el perro es más mayor, también lo puede hacer muy bien, simplemente hay que planear un programa de entrenamiento y educación que se ajuste al alumno. Y mucho campo. Los perros de caza, cuanto más salgan al campo, sepan moverse entre matas y rocas, y perciban infinidad de olores, mucho mejor. El instinto hará el resto

 

Juan J. García Estévez

Veterinario