Veterinaria
El calor y otras cosas de verano II
El entrenamiento.
Todos los años veo morir perros al inicio de la temporada por sobreesfuerzo. ¡Y siempre son los buenos! La planificacioÌn de un buen entrenamiento previo a empezar a salir de caza es la mejor prevencioÌn, y funciona. Siempre he dicho que el perro de caza es un atleta, y como tal necesita un entrenamiento programado.
Como ninguÌn atleta se puede mantener en plena forma y a maÌximo rendimiento durante todo el año, los periodos de maÌximo entrenamiento deben estar seguidos de periodos de descanso maÌs o menos largos.
En el perro de caza, estos periodos de actividad y maÌximo rendimiento coincidiraÌn con los periodos de caza, para aprovechar los periodos de veda para el descanso y la recuperacioÌn del animal. Pero este entrenamiento y descanso debe estar sujeto a un plan, ya que es muy importante que los perros vayan cogiendo forma fiÌsica poco a poco antes del comienzo de la temporada. TambieÌn es importante que no pierdan del todo la forma fiÌsica durante la temporada de descanso de la veda.
• El cardio-respiratorio, que permitiraÌ un mejor transporte de oxiÌgeno.
• El sistema muscular, especialmente los muÌsculos de la espalda y los miembros posteriores.
•La movilidad articular.
Para el entrenamiento de inicio de temporada conviene comenzar aproximadamente mes y medio antes, dedicaÌndole –por lo menos– tres diÌas por semana en base a ir incrementando progresivamente el tiempo de ejercicio con carreras cada vez maÌs largas. Se puede empezar con paseos de media hora, para terminar en paseos de dos o maÌs horas justo antes de comenzar la temporada.
Durante la temporada de caza tambieÌn conviene hacer algo de ejercicio durante la semana y no limitar toda la actividad a un gran ejercicio los fines de semana. Para la eÌpoca de descanso de la veda hay que saber que un buen entrenamiento se pierde en 4-8 semanas.
Es muy desaconsejable que los picos de maÌximo entrenamiento y reposo no esteÌn muy alejados; es decir, es muy negativo que durante la veda el perro no haga ninguÌn ejercicio y durante la temporada se deÌ grandes palizas. Por ello, en la temporada de veda es conveniente sacar al perro al menos una vez a la semana a que corra durante 20-40 minutos.
Como indicaba al principio, todos los años veo morir perros con problemas de sobreesfuerzos musculares (rabdomiolisis de esfuerzo) o por golpes de calor si los primeros diÌas de caza son calurosos. Estos problemas siempre les ocurren a los mejores ejemplares, que son los que maÌs trabajan y se esfuerzan incluso cuando las condiciones de calor son extremas.
Prevenir las lesiones de almohadillas.
El entrenamiento tambieÌn es bueno para las patas. La falta de ejercicio ablanda las almohadillas, lo que puede dar problemas al inicio de la temporada, cuando el suelo estaÌ seco, duro y caliente. Las almohadillas son la suela de las patas; si el suelo es abrasivo y esta suela es blanda, se desgasta con rapidez y forma heridas de diversa consideracioÌn.
Evitar que se formen lesiones, es decir la prevencioÌn, se convierte de nuevo en un factor importante. Ejercitar a los perros previamente a la campaña de caza va endureciendo tambieÌn las almohadillas. Pero ademaÌs existe un meÌtodo tradicional que utilizaban los pastores para endurecerlas que sigue siendo muy eficiente. Consiste simplemente en introducir las patas en agua templada saturada de sal gorda, lo que se denomina una salmuera. La sal desinfecta, curte y endurece la almohadilla, y sigue siendo un buen sistema de prevencioÌn y tambieÌn de curacioÌn de la pata dañada.
Cuando aparece una lesioÌn por desgaste en la almohadilla, aplicaremos un desinfectante (povidona yodada) y una pomada para facilitar y estimular la cicatrizacioÌn. Las pomadas a base de centella asiaÌtica son eficientes, aunque existen en el mercado productos especiÌficos.
En caso de una infeccioÌn, complementaremos con un antibioÌtico o pediremos en la farmacia que nos preparen un ungüento con una base de lanolina, oÌxido de zinc (cicatrizante), povidona yodada y sufamida (nitrofurazona) y lo aplicaremos varias veces al diÌa.
En cualquier caso, el reposo durante unos diÌas ayuda, aunque esto no es siempre posible porque estas lesiones suelen coincidir con periodos de caza intensa. Cuando alguno de mis perros ha sufrido una herida de este tipo y he tenido que seguir cazando con eÌl, me ha ido muy bien aplicarle el ungüento o la pomada, vendaÌndole la pata y reforzando el vendaje con cinta adhesiva o cinta americana, que sujetan bien, son duras y aguantan bien el roce de las caminatas.
De vez en cuando, durante la caceriÌa, les reviso el vendaje, y si es necesario se lo refuerzo de nuevo con algo maÌs de cinta para que aguante todo el diÌa. Por la noche los dejo sin vendaje para que la pata y la herida transpiren y se sequen.
Espigas.
Otro asunto importante son las espigas que se clavan en la zona interdigital. Son varias las especies de gramiÌneas salvajes que producen espigas con diseño para clavarse en el pelo de los animales y viajar con ellos largas distancias. Cuando entran en contacto con la piel penetran y se abren camino por los tejidos internos.
Esto ocurre con frecuencia entre los dedos, produciendo una inflamacioÌn importante y dolorosa que incapacita al perro para caminar durante tiempo. Con este asunto siempre es prudente la prevencioÌn. Estas espigas se clavan especialmente en perros de pelo largo o semilargo, por lo que lo primero es cortar al cero el pelo de la zona interdigital y mantenerla saneada toda la temporada. AdemaÌs, es importante revisar el espacio entre los dedos, uno por uno, de las cuatro patas cada vez que se sale al campo.
Para ver «El calor y otras cosa de verano I»
Juan J. GarcÃa Estévez
Veterinario
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