La importancia de los conejos en los ecosistemas ibéricos y en la recuperación de especies emblemáticas, como el lince o el águila imperial, ha llevado a WWF a tomar cartas en el asunto, afrontando una serie de proyectos para la reintroducción de la especie en colaboración con grandes fincas de caza, en una asociación que demuestra una vez más que la cooperación entre naturalistas conservacionistas, sean cazadores o no, es posible y necesaria. Este es un buen ejemplo.
Este siglo comenzó con la impactante noticia para los que trabajamos en conservación de la dramática situación del lince ibérico, que contaba con tan solo dos poblaciones y menos de 100 individuos.
WWF rápidamente se puso manos a la obra, llegando a acuerdos con varias fincas en la Sierra de Andújar con la intención de recuperar las poblaciones de lince a través de la mejora de las poblaciones de su presa principal, el conejo de monte.
Estas propiedades son grandes cotos de caza mayor donde el conejo tenía un aprovechamiento marginal o incluso había desaparecido, por lo que, en base a lo aprendido en proyectos anteriores, se optó por las reintroducciones de conejos en cercados.
El objetivo de estos cercados es la creación de un punto de alta densidad de conejos que posteriormente colonizarían de manera natural los alrededores del cercado, donde previamente se han mejorado las condiciones de refugio y alimento, para favorecer la recolonización.
Estos cercados están compuestos de un vallado doble perimetral de 2 m de altura, con malla cinegética y malla gallinera con un faldón enterrado de 50 cm.
Esta malla cumple la doble función de retener y concentrar a los conejos en su interior y evitar el acceso de carnívoros terrestres y jabalíes al interior para minimizar la depredación terrestre, al menos en los primeros estadios.
Dentro de los cercados se construyeron refugios y vivares artificiales donde se introducían a los conejos en su liberación.
En el marco de los diferentes proyectos Life de conservación del lince, el último de los cuales es el Life Iberlince, se han construido un total de 27 cercados de entre 1,3 y 13,8 ha con una densidad de vivares y refugios de entre 1,7 y 9,0 por ha. En todos los cercados se realizó un seguimiento mensual de la abundancia del conejo mediante conteo de excrementos, que da una estima de la densidad de los mismos.
Como es sabido, las poblaciones de conejo llevan una preocupante deriva que comenzó su declive en los años cincuenta con la incidencia de la enfermedad mixomatosis, y que se vio agravada en la década de los ochenta con la irrupción de la enfermedad hemorrágica vírica (EHV).
Cuando las poblaciones parecían estar recuperándose, una nueva cepa de la EHV diezmó de nuevo las poblaciones de conejo entre 2011 y 2012. WWF reitera su petición a las Administraciones competentes para que actúen de forma inmediata y contundente para solventar el problema.
Fruto de estas negociaciones, en 2014 se creó un Grupo Nacional del Conejo de Monte, en el que se identificaron varias prioridades como la necesidad de una estrategia nacional, un censo y una revisión de las medidas de fomento realizadas hasta la fecha.
Para abordar estas necesidades, pusimos en marcha el proyecto SOS Conejo, que cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, en el marco del cual se analizó la información generada por las actuaciones anteriores.
Este estudio es el primero que tiene en cuenta la evolución de las actuaciones más allá del tercer año, analizando qué factores influyen en esta evolución, de cara a obtener recomendaciones de gestión que posibiliten la optimización de futuras actuaciones.
Hemos podido comprobar que en los cercados se consiguen altas densidades durante el primer año (hasta 45 conejos/ha), pero que esta densidad disminuye progresivamente hasta que se estabiliza en valores bajos a partir del tercer año.
Curiosamente, a pesar de volver a reforzar con nuevas liberaciones de conejo en los cercados, estos no vuelven a alcanzar las densidades del primer año.
A pesar de dicho descenso, las densidades de conejo que existen en el interior de los cercados siempre son superiores a las de las poblaciones naturales del exterior, conservando por tanto su función de punto de alta densidad de conejo (aunque no tan alta como sería deseable).
De hecho, gracias a los cercados se mantienen linces estables en su área de influencia.