Reportajes coto de caza
Reserva de Caza del Alt Pallars
La Reserva de Caza del Alt Pallars es una de las más grandes de España y, sin duda, una de las más impresionantes. Su gran diversidad de hábitats ha propiciado que numerosas especies pueblen las escarpadas laderas de su geografía. Desde osos y urogallos a prácticamente la totalidad de las especies de caza españolas están presentes allí, algunas en los últimos años con poblaciones por encima de lo deseado.
Hace un par de años, National Geographic publicó un interesante artículo, acerca del origen del esquí, en el que se aseguraba que los primeros seres humanos que se calzaron unas tablas para deslizarse por la nieve lo hicieron para cazar grandes ungulados en las cordilleras centroasiáticas, como el Altái, y en el norte de Europa.
Yo de más joven también fui esquiador, pero en mi caso, al contrario de estos pioneros, abandoné esta actividad fundamentalmente porque coincidía con la temporada de caza. Pasé mucho tiempo sin ponerme unos esquís, casi veinte años, hasta que mis hijos empezaron a practicar este deporte e instauramos la tradición familiar de reunirnos tíos, cuñados, hijos y sobrinos en Espot, un pueblo del Pirineo leridano, para pasar los fines de año y esquiar juntos.
Allí, un día Arantza, mi mujer, y sus hermanas me presentaron al que ahora es un buen amigo, Ramón Lladós, Ramonet, que entonces era monitor de esquí de los chicos y, como bien es sabido que una de las medidas de tiempo más pequeñas que existen junto con el nanosegundo es lo que tarda un cazador en saber que su interlocutor también lo es, sin saber bien cómo, pasamos de comentar cómo estaba la nieve a la gran densidad de jabalíes que había en la zona.
Ramonet, que además de monitor de esquí es guarda de caza y pesca, me contó que solía salir con su exigua cuadrilla al jabalí los fines de semana y me invitó a acompañarlos.
Tras el rápido trámite de sacarme la licencia en Sort, allí me presenté al domingo siguiente. Desde ese año siempre he llevado el rifle en el portaesquís.
Espot es uno de los pueblos más cercanos, si no el que más, al Parque Nacional de Aigüestortes y supe que me encontraba en un entorno privilegiado cuando un día que estaba asomado a la ventana, un quebrantahuesos pasó volando a escasos metros delante de mí.
Lindando con Aigüestortes, se encuentra el Parque Natural de l`Alt Pirineu, creado en 2003, que, con sus 70.000 ha de las comarcas del Pallars Sobirà y Alt Urgell, es el más grande de Cataluña y uno de los mayores de España.
Es un impresionante espacio natural que linda al este con el Principado de Andorra, al oeste con el Valle de Arán y al norte con Francia. Para hacerse una idea de la opulencia geográfica del entorno, y resumiendo mucho, solo hace falta imaginar los 2.500 metros de desnivel que hay entre los 650 metros de altitud del Santuario de Arboló, en su extremo meridional, y los 3.143 metros de la Pica d’Estats, cumbre más alta de Cataluña; con la diversidad ecológica que eso implica.
La orografía está marcada por el Vall de Boí, donde se puede disfrutar de uno de los románicos más espectaculares de la península, los valles de Àneu, Cardós y Ferrera, que corresponden a las cuencas del Noguera de Tort, Noguera Pallaresa, Noguera de Cardós y Noguera de Vallferrera.
Además cuenta con casi 200 estanis y lagunas, más de 1500 especies vegetales y, sin entrar en “bichos” pequeños, existen 269 vertebrados catalogados hasta el momento, alguno endémico y otros raros, como el quebrantahuesos, el buitre negro, el lagópodo alpino o la perdiz pardilla; incluso el oso pardo, del que se censaron unos 11 en 2014, y el urogallo, especie esta que cuenta con la mayor población del país con más de 100 machos censados en 2005.
Entre las especies de caza mayor cuenta con una de las comunidades de ungulados con mayor riqueza de Europa y abundan el corzo, gamo, ciervo, sarrio, muflón y jabalí.
Además, desde el año 2014, algunas cabras monteses liberadas en Francia se han instalado en la zona más septentrional de la Reserva.
Este parque se crea sobre lo que en un principio era la Reserva de Caza del Alt Pallars, acogiendo esta actividad, la caza, al igual que la pesca, la ganadería, la agricultura y otras prácticas tradicionales y culturales propias de este espacio, como otro patrimonio a preservar además de la conservación del entorno, como así lo contempla la figura de protección de Parque Natural y en eso difiere de la de Parque Nacional.
La Reserva de Caza actualmente ocupa 72.717 ha una vez que desde marzo de 2015 se segregó la Vall de Boí (actualmente RNC de la Vall de Boí). Para la gestión de la Reserva de Alt Pallars esta se divide en tres grandes zonas correspondientes a los tres valles principales: Vall d’Àneu, Vall de Cardós i Vall Ferrera.
UNA INVITACIÓN INESPERADA
Hace unas semanas recibí una llamada de Ramonet en la que, desolado, me contaba que se le había muerto de un golpe de calor una drahthaar que yo le había regalado y que era el ojito derecho de la cuadrilla. Después de desahogarse un rato me habló acerca del nuevo aire que estaban dando a la Reserva y me invitó a visitarlo.
Comentó el asunto a Juan Fernández y Manel Beneria, técnico de gestión y director de la Reserva, y me invitaron junto a Juan Delibes para hacer este reportaje y un documental para el canal Caza y Pesca sobre la caza en el Parque, propuesta que naturalmente aceptamos.
El objetivo sería la caza de un par de muflones selectivos, ya que la temporada se cierra más tarde que otras especies y podíamos organizarlo con más calma.
Llegamos la noche anterior de la cacería a Alins, un bonito pueblo en el corazón del Parque, donde cenamos opíparamente, según es costumbre en la zona, y preparamos la cacería con el equipo de la Reserva.
Decidimos cazar juntos para aprovechar mejor los posibles lances de cara a la filmación y las fotografías.
A continuación ofrecemos información sobre la historia, poblaciones, distribución y abundancia de las principales especies cinegéticas de caza mayor en la Reserva, así como los objetivos de gestión a alcanzar a medio plazo (5 a 7 años).
Sarrio (Rupicapra rupricapra)
Se trata de la estrella cinegética de la Reserva. Su número ha bajado en los últimos años debido a las distintas enfermedades que afectan a esta especie, que debilitan sobre todo a los machos tras el celo de cara al invierno, provocando que muchos no puedan superarlo. El objetivo a alcanzar es la recuperación de las poblaciones hasta situarlas en torno a los 1300-1500 individuos en el conjunto de la RNC.
El jabalí es también un habitante autóctono de la zona muy abundante en toda la Reserva y no es raro ver varios al amanecer hozando en los prados de montaña en esta época, a veces rodeados de rayones.
De cara al control de sus poblaciones se realizan batidas sin cupo de capturas.
Corzo (Capreolus capreolus)
Ciervo (Cervus elaphus Hippelaphus)
Los ciervos entraron hace unos diez años procedentes de Francia, luego la especie presente en el Alt Pallars es la europea (Cervus elaphus hippelaphus). Ocupó en un principio zonas adyacentes al país vecino pero rápidamente incrementaron su población y su área de distribución, dispersándose por una amplia zona.
El objetivo de los técnicos del Parque es la reducción poblacional hasta alcanzar cifras de 2-3 individuos/100 ha en las tres unidades de gestión. Para conseguir este objetivo se priorizará la caza de hembras (unas 150 al año).
¿OVEJAS O ARGALIS?
La oveja, como reconozco que hemos llamado en ocasiones a este animal un tanto despectivamente por su cercano parentesco con las domésticas, nos demostró que debe conservar un gen arisco que los diferencia de churras y merinas, y el primer día, a pesar de ver bastantes, no conseguimos acercarnos a menos de 350 metros de ninguno.
Nos comentó un ganadero de la zona que con frecuencia los corderos de su rebaño morían al poco de nacer y que averiguó la causa al crecer uno de os supervivientes que, según él, tènia unes petites orellas i pèl en lloc de llana.
Es decir, que se percató de que su padre era un muflón que cubría a sus ovejas cuando estas campeaban en la montaña. Pues bien, este paisano afirmaba que cuando entraba en el redil, indefectiblemente la “oveflona”, la “mufloveja”, o como se llame, era la que se mantenía mas alejada de él en todo momento, lo que para mí vino a probar la existencia de este adusto gen del que hablo.
A la mañana siguiente madrugamos algo más, aunque a los muflones no parece molestarles mucho el sol, como a casi todos sus vecinos. Bajábamos al punto de encuentro en Alins y una corza nos salió al paso sin dar tiempo a Ramonet a reaccionar para evitar atropellarla.
Ya en el monte, tras un precioso rececho a través de una ladera indescriptible, conseguimos ponernos a tiro de un grupo de cinco machos del que por fin Juan convenció a uno para que posara para mis fotos y se hiciera protagonista del documental que estaba grabando Ángel.
Luego, los muflones volvieron a evitarnos y lo más que conseguimos fue acercarnos a 360 metros de dos machos de cuernas cerradas que se mantenían alertas en una pedrera. Para acercarnos a esa distancia, antes tuvimos que dar un tortuoso rodeo por una interminable y empinada ladera cubierta de nieve y matorral, donde solo me habían faltado los esquís.
No me gusta tirar tan lejos, me parece que no es el método más fino de cazar, sé que en ocasiones no hay otra opción mejor, sobre todo en montaña, pero no puedo evitar pensar que lo hago un poco a traición, que si un animal me ha visto y consigue mantener esa, que cree, distancia de seguridad, es para considerarme vencido por él.
Además, dejarlo herido seguro que me pesaría mucho. Pero por el bien de la película, las fotos y los quebrantahuesos, lo tiré y lo marré.
Esto es lo que tiene cazar en un entorno como éste, que las oveja se convierten en argalis, con el agravante de que abultan la quinta parte. Igual que el alto grado de pureza del medio va en favor de la calidad de la cacería, influye también, aunque negativamente, en el crecimiento de los trofeos de algunas de las especies, ya que en un entorno salvaje el desarrollo de este depende de la abundancia de alimento, del frío y de la competencia entre unos y otros, sin las atenciones con las que pueden contar en un espacio cerrado.
La caza selectiva que requieren muchas de las especies de la Reserva y que pretenden llevar a cabo los responsables de su gestión es, sin duda, igual o más interesante que la de trofeos, con la ventaja de ser mucho más económica.
Desde aquí animo a los cazadores naturalistas amantes de los espacios abiertos y salvajes a venir a cazar al Alt Pallars, les aseguro que en muy pocos sitios en el mundo se aúnan de esta forma la belleza del entorno y la auténtica caza. Yo, por mi parte, seguro que volveré a visitar a Ramonet y a los amigos que allí hemos hecho, para pescar y cazar con o sin esquís. •
CÓMO CAZAR EN LA RESERVA DE ALT PALLARS
Para cazar en la RNC existen dos posibilidades, tanto para cazadores nacionales (modalidad europea) o de Catalunya (modalidad autonómica)
1 Solicitar entrar en el sorteo de trofeos y selectivos autonómicos/europeos, que se hace cada año, mediante solicitud en la oficina virtual de trámites OVT
En este caso, además de la correspondiente cuota de entrada, el cazador tiene que satisfacer la cuota complementaria, que varía en función de la calidad del ejemplar abatido.
2 Comprar un permiso de trofeo a los ayuntamientos o propietarios incluidos dentro de la RNC. Generalmente se publican en el BOP de Lleida y en algunos casos en medios especializados.
Esta modalidad no tiene cuota complementaria.
EL ÉXITO DE DOS ESPECIES FORÁNEAS
Muflón (Ovis orientalis musimon)
Estos carneros arcaicos dieron pie a la creación, mediante la selección artificial por parte de las primeras tribus sedentarias humanas, a las distintas especies domésticas ovinas, que quedaron allí como las únicas representantes del género, ya que su ancestro salvaje se extinguió en el Neolítico.
Hace unos 8 o 9.000 años fueron introducidos, a través de las rutas marítimas en islas del Mediterráneo como Córcega, Cerdeña, Chipre o Creta, ejemplares semidomésticos procedentes de Asia o el sureste de Europa.
Así lo demuestra la gran cantidad de restos encontrados de esa época, por lo que se supone que el muflón actual deriva de ejemplares semidomésticos asilvestrados que, tras pasar unos siglos en compañía del hombre, retornó a la vida salvaje.
El muflón es el carnero de menor tamaño del mundo y, aunque físicamente a veces no lo parezca, está muy íntimamente emparentado con la oveja.
Dada su facilidad para adaptarse a distintos entornos y por su interés cinegético, a finales del siglo XVIII fueron reintroducidos ejemplares procedentes de Córcega y Cerdeña en distintos países del continente como Francia, Austria o Alemania.
En España, los primeros ejemplares llegaron desde Francia en 1953: dos machos y tres hembras y una pareja procedente de Luxemburgo, que fueron soltados en Cazorla junto a dos parejas más traídas de Alemania tres años después.
En el Al Pallars entraron desde Andorra hace unos quince años y, al encontrar aquí un entorno más adecuado, se establecieron. El objetivo de su gestión en la Reserva es reducir drásticamente sus poblaciones (actualmente unos 800-1000 ejemplares) hasta los 200-300 ejemplares.
Para alcanzar este objetivo se priorizará la caza de hembras (unas 100 al año).
Gamo: (Dama dama)
Las distintas culturas que poblaron y comerciaron en sus costas contribuyeron a su expansión, reintroduciéndolo de nuevo en el continente cuando ya habían regresado el resto de especies de cérvidos. Así que el gamo fue el que más tiempo estuvo ausente.
En España existen al menos desde el siglo XIX poblaciones de gamo en estado salvaje en Sierra Morena, cuenca del Tajo y Montes de Toledo, así como en semilibertad en algunos cazaderos reales. También en el norte existían poblaciones que se extinguieron en el siglo XIX y fueron repobladas en los años cincuenta del siglo pasado. Poco antes se habían introducido también en el coto de Doñana.
En el Al Pallars, dependiendo de las zonas, es muy abundante y la prioridad es la reducción drástica de las poblaciones (actualmente unos 1.700 gamos) en la unidad de Valls d’Àneu y su eliminación total en el resto de los sectores. Para paliar esta emergencia cinegética se prioriza la caza de hembras (unas 250 al año).
Pablo Capote
2 comentarios
Juan carlos Ros Lorente
noviembre 18, 23:33Bruno MG
mayo 07, 00:53