La mitad de la finca se quedó sin trastear en el Valle del Castaño

A la sombra del Bar “El Cazador” el día 20 de Octubre, en el precioso pueblo de Navatrasierra, Cinegética Balmonte al mando de su capitán de montería Balta Marrodán y su equipo, nos citaba a las 8.30 en punto de la mañana para degustar las típicas migas monteras y el café para ir entrando en calor ya que el día, con temperaturas mucho más frescas que el fin de semana anterior, prometía disfrutar de la montería en toda su dimensión.

Rápidamente se dispuso a sortear los 73 puestos con los que montaría la mancha, de unas 1.500 hectáreas, y a ordenar las 25 rehalas de perros con las que tendría que batir tal extensión.

Por los comentarios de los lugareños y de la propia orgánica, la mancha estaba cargada de reses de pelo y de cerda. Y en este sentido, amigo Balta, cometiste el error de coger tanta extensión para tan pocas rehalas ya que la mitad de la mancha se quedó sin trastear, con lo cual convendría tomar nota para que no vuelva a suceder en las muchas monterías que aún quedan por celebrar a esta orgánica.

Tras el riguroso sorteo se ordenó las salidas de los distintos cierres y traviesas montándose la mancha en muy poco tiempo, de tal manera que a las once de la mañana se daba suelta a los perros en tres puntos diferentes y comenzaron a sonar los disparos.

Conforme avanzó la montería no hacían justicia los tiros a los comentarios anteriores ya que mediada la montería habíamos contabilizado unos sesenta disparos y las rehalas, al menos por nuestra zona, se estaban dejando cientos de hectáreas sin montear y las reses daban vueltas sobre la misma mata de donde habían salido volviéndose a meter de nuevo en ella quedándose aplastadas y sin molestarlas nadie.

Por dicha circunstancia, el desánimo hizo mella en los monteros que acabaron la jornada algo disgustados por montería vivida y sin más se encaminaron a la junta de carnes para disfrutar, eso sí, del espectacular cátering de Cinegética Balmonte, al cual ya nos tiene acostumbrados por su excelente categoría y trato del personal.

Se presentaron en la junta de carnes 19 venados, destacando cinco o seis muy bonitos de montería, y 18 cochinos, tres de ellos muy buenos. De estos tres, sobresalía un soberbio guarro alunado de un colmillo por carecer de amoladera en el lado izquierdo, pero de todos modos un gran trofeo. Los demás fueron una veintena de ciervas de gestión.

Otro día más sobresaltar la excelente organización, con ese punto que comentábamos antes de falta de rehalas para tanta extensión de terreno (cosa que habrá que subsanar) y un día espectacular de montería en un entorno digno de mención y con unos amigos y compañeros con una categoría excepcional.

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