Así es la impactante protesta pública que surge tras un nuevo ataque del lobo

Castilla y León, Asturias, Cantabria, Galicia. El lobo sigue atacando y causando la desesperación de los ganaderos que tienen la difícil tarea de convivir con él. Desde que se prohibiera su caza al norte del Duero tras incluirse en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre), los ataques al ganado se han sucedido ante la impotencia de las familias que tienen en ovejas, caballos y vacas su medio de vida. La situación actual es calificada de «insostenible» por muchos de los afectados, que mostraron su enfado de forma pública el pasado abril por las calles de Riaño exigiendo que termine el blindaje del lobo.

La rabia de los ganaderos llega a tal extremo que encrudecen sus protestas de la manera más visible e impactante. En mayo de este año, afectados riojanos por los ataques del lobo utilizaron una de las entradas a Viniegra de Abajo para mostrar sus consecuencias. Junto a un cartel que rezaba “No a los lobos”, dejaron en plena vía pública los cadáveres de varias ovejas muertas. Es la manera de protestar de cara a la Administración y ante los ojos de gran parte de la sociedad que es ajena a esta realidad.

Las provincias al norte del Duero, en las que hasta la inclusión de la especie en el Lespre se podía cazar, son las más afectadas por los ataques debido a que son los territorios donde se encuentra la mayor población de lobo ibérico. Hasta su inclusión en el Listado, era posible abatir ejemplares autorizados al norte de este cauce como método para controlar la población. Este es el deseo de los ganaderos afectados, que reclaman a la Administración «un equilibrio entre todos los animales y, sobre todo, la protección de las personas y sus medios de vida».

Lugo es una de las provincias donde la presencia de lobo causa bajas en la ganadería. Mientras continúen los ataques, los ganaderos mostrarán su indignación de la manera más visible y llamativa. Así ha sido la última acción de protesta contra el lobo sucedida en la provincia gallega. Sin saber cómo, sobre una vía de circulación, una oveja ha aparecido colgada del cableado de baja tensión con la palabra “LOBO” en su cuerpo. Debajo, pintada en el asfalto, una señal de advertencia junto al aviso de la presencia del cánido en la zona.

Los ataques del lobo se sucederán y las protestas de los ganaderos afectados quizá sean cada vez más llamativas. Son avisos a la Admisnistración y ante la ciudadanía sobre un problema diario en territorios loberos, donde no parece encontrarse una solución efectiva de convivencia y en los que se pide hacer una extracción selectiva de ejemplares mediante la caza.

La expansión de las poblaciones de lobos se hará más patente si no hay una regulación cinegética, y ello conllevará que se produzcan ataques donde nunca los hubo. Es el caso del municipio de Camporredondo, en la provincia de Valladolid, donde la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) acaba de denunciar el primer ataque de lobos al ganado después de más de 100 años. Un ganadero ha perdido a 12 ovejas y tiene a otras dos malheridas en tratamiento veterinario. Por esto y lo sucedido hasta ahora, los afectados y asociaciones ganaderas seguirán reclamando medidas que eviten estas situaciones, empleando a veces escenografías impactantes.