La población ibérica de linces se aleja de la extinción gracias a los cazadores, gestores y propietarios de fincas de caza

La población de lince ibérico en la península ibérica alcanza los 1.365 ejemplares en 2021, según el último censo publicado desde el proyecto LIFE LYNXCONNECT, en el que participa como socio Fundación Artemisan. Esta entidad del sector de la caza celebra esta tendencia de crecimiento positiva que, con un incremento de cerca del 23% frente a los 1.111 ejemplares de 2020, indica que el final del peligro de extinción de la especie esta cada vez más cerca. Un avance posible en gran medida gracias a la enorme contribución de cazadores, gestores y propietarios de fincas privadas con el lince.

En este sentido, Artemisan resalta la implicación demostrada por el sector cinegético en su recuperación y conservación gracias a la gestión desarrollada en cotos de caza y fincas privadas, donde se alberga la mayor parte de la población de lince ibérico, repartida entre las regiones de Andalucía (519 ejemplares), Castilla-La Mancha (473), Extremadura (164) y en Portugal (209).

Estos territorios destacan por el alto porcentaje de terrenos cinegéticos y de titularidad privada que poseen respecto a la cantidad total del terreno. Andalucía posee la mayor población de lince ibérico de la península y es donde se encuentran cinco de los 13 núcleos poblacionales asentados de la especie –Andújar-Cardeña (200 ejemplares), Guarrizas (164), Doñana-Aljarafe (94), Guadalmellato (44) y Sierra Norte (17)-; siendo cotos de caza aproximadamente el 77% del territorio.

Castilla-La Mancha es la segunda comunidad en cuanto a número de ejemplares y donde se registra el mayor número de cachorros nacidos en libertad (208 frente a un total de 500). Aproximadamente, el 88% del territorio corresponde a terrenos cinegéticos. Aquí, además, se hallan tres núcleos poblacionales –Montes de Toledo (221 ejemplares), Sierra Morena Oriental (170) y Sierra Morena Occidental (82).

En cuanto a Extremadura, donde se ubican los núcleos poblacionales de Matachel (121 ejemplares), Ortiga (20), Valdecañas (14) y donde, aproximadamente, el 86% del territorio también son cotos de caza. Y en Portugal, que alberga el núcleo de Valle del Guadiana (209 ejemplares), destaca el distrito de el Alentejo, con una población inminente de lince ibérico a causa de la gestión de caza menor de la zona fomentada por cazadores y gestores.

Recuperación del lince

Con base en estos resultados, Artemisan subraya que es innegable la aportación que el sector cinegético supone para el lince mediante la gestión de sus cotos, garantizando tanto la presencia de alimento para el felino como el asentamiento de hembras reproductoras. De hecho, el pasado año 2021 se produjo el primer parto de una camada de seis cachorros en una finca privada de “Las Carolinas” (Jaén).

Además, la Fundación también destaca la enorme implicación que el sector ha demostrado en la recuperación del felino a través de los diferentes proyectos LIFE de recuperación practicados desde 2002, mediante la disposición de sus territorios para acciones de reintroducción y colaborando estrechamente en el desarrollo de estas iniciativas.

Como representantes del sector cinegético en LIFE LYNXCONNECT, Fundación Artemisan trabaja en una serie de actuaciones de comunicación, divulgación y sensibilización enfocadas a poner en valor el importante papel de este colectivo para la recuperación del lince ibérico, además de ofrecer orientación y asesoramiento para garantizar su convivencia con la especie.

La Fundación trabaja conjuntamente con el resto de los 21 socios de este proyecto coordinado por la Junta de Andalucía y en estrecha colaboración con federaciones y asociaciones de caza de los territorios implicados, con las que Artemisan se ha reunido en los últimos meses y ha recibido su deseo de contribuir a la consecución de los objetivos de LYNXCONNECT.

La recuperación del lince ibérico, a través de este proyecto en el que los cazadores participan de forma activa junto con otras organizaciones y entidades, muestra un camino de esperanza para otras especies con un estado de conservación desfavorable.