Propuesta de un nuevo escenario de gestión cinegética

La Fundación Caza Sostenible y Biodiversidad (FUNCASBIOD) ha presentado esta mañana los resultados de los numerosos proyectos y estudios realizados desde su creación en 2015 hasta el último año en la jornada ‘6 años de Caza Sostenible y Biodiversidad’.

La cita se ha desarrollado en la Escuela de Caza de Arkale (Oiartzun) y ha contado con la presencia de Bittor Oroz, viceconsejero de Agricultura, Pesca y Política Alimentaria del Gobierno Vasco; y Peli Manterola, director de Hazi, Fundación del Gobierno Vasco para el Desarrollo Rural, Litoral y Alimentario.

Entre los proyectos presentados, figura la ‘Propuesta de Medidas Agroambientales. Un Nuevo Escenario de Gestión Cinegética’, elaborada por Jonathan Rodríguez Ramiro y presentada hoy por Julen Henry como un manual útil y actualizable para mostrar la problemática en los agrosistemas del País Vasco y las actuaciones que han funcionado en otros países para su mejora. Unas medidas que están diseñadas para beneficiar a unas especies en concreto, pero favorecen el aumento de la biodiversidad en general.

El estudio destaca que “la modernización agraria y la transformación de usos y labores del campo acaecidas en las últimas décadas han resultado ser una notable pérdida de la biodiversidad en los agrosistemas”. Y, hasta el momento, se ha intentado combatir dicha pérdida mediante esfuerzos centrados en las especies y en los espacios, sin observar las actividades de laboreo del campo. “La actividad cinegética es el fiel reflejo de los usos del campo, pues los avances tecnológicos, la creación de grandes monocultivos y el uso de pesticidas, entre otros, son factores negativos que afectan a numerosas especies”, ha indicado Julen Henry.

En el proyecto las especies seleccionadas objeto de gestión fueron aquellas para las que la información científica es mayor y que responden mejor a las mejoras en los agrosistemas: la perdiz Alectoris rufa, el conejo Oryctolagus cuniculus, la liebre europea Lepus europaeus y la ibérica Lepus granatensis; todas ellas residentes; y como especies migratorias se incluyen a la paloma torcaz Columba palumbus, la codorniz Coturnix coturnix  y la becada Scolopax rusticola.

Según el estudio, las principales afecciones para la perdiz son el uso de productos químicos en los campos de cultivo y las sueltas incontroladas, y el conejo, una especie escasa en el norte peninsular, se ve seriamente afectada por dos enfermedades de las que no se recupera: la mixomatosis y la enfermedad hemorrágico-vírica (RHD). El País Vasco presenta poblaciones con aprovechamiento cinegético de ambas especies de liebre. Hay estudios que han registrado el declive de las poblaciones de liebres europeas, debida a la falta de mosaicos vegetales en los agro sistemas. Este tipo de agricultura se da sobre todo en cultivos de cereal, más propios de ´lava (en el País Vasco) y en Castilla y León, lugar al que acuden numerosos cazadores vascos.

Por su parte, las especies migratorias se ven menos afectadas por las medidas agroambientales que las residentes, puesto que las condiciones que se dan en sus lugares de invernada pueden llegar a tener un mayor impacto sobre sus poblaciones. No obstante, las tres especies migratorias se ven beneficiadas por las actuaciones.

Así, se han propuesto las siguientes medidas para los campos de cultivo: la reducción del uso de pesticidas (en concreto, de las semillas blindadas); la rotación de cultivos con tierras de barbecho, mejorando la calidad del suelo y produciendo un paisaje de mosaico, o ajustar los tiempos de siega y cosecha, adecuándolos a los ciclos de las especies. También se ha planteado la creación de pequeños cultivos, que no se cosechan y acogerán a todo tipo de especies faunísticas, lo que es beneficioso para la biodiversidad, el aprovechamiento cinegético y los agricultores, favoreciendo incluso la presencia de polinizadores.

Otras medidas se centran en crear zonas de refugio, reproducción y alimentación en los espacios asociados a los cultivos como setos formados por arbustos y herbáceas, los márgenes y lindes y los ‘beetle banks’ (bancales) en los márgenes de los cultivos, que actúan como zonas de refugio y alimentación. Y los muros de piedra y pedreras actúan como barrera contra el fuego y escorrentías, y considera de gran importancia el mantenimiento de arroyos y bosques de ribera, ya que aportan agua, alimento y refugio. Las parcelas forestales entre tierras de cultivo son beneficiosas para la biodiversidad en general, y, aunque esto incluya a los meso-carnívoros, se valora como positivo.

Suelos contaminados en campos de tiro

Por su parte, María Teresa Gómez, profesora adjunta en el área de Fisiología Vegetal, en el departamento de Biología Vegetal y Ecología de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV/EHU, ha presentado las conclusiones del proyecto ‘Remediación de suelos contaminados en campos de tiro de la CAPV’, detallando los efectos de los residuos de plomo en los entornos de campos de tiro como el de Arkale.

Además, también se han conocido las conclusiones de más proyectos elaborados durante seis años que han mostrado el impacto socioeconómico y percepción social de la caza en Euskadi y el perfil del cazador del siglo XXI, estudios llevados a cabo por la empresa donostiarra Ikertalde, además de aplicaciones y la guía de la que disponen los cazadores.

 

Sobre Fundación Caza Sostenible y Biodiversidad (FUNCASBIOD)

La Fundación Caza Sostenible y Biodiversidad de Euskadi (FUNCASBIOD) nació a finales de 2015 con el fin de contribuir al conocimiento de los recursos cinegéticos y de la biodiversidad de las especies, del medio en que se desarrollan, así como su divulgación para la promoción de una caza basada en los principios de sostenibilidad y respeto a los recursos naturales y el medio ambiente. Cree en la defensa y conservación de la naturaleza y de las especies protegidas en general, así como de las especies cinegéticas en especial, y sus hábitats.

FUNCASBIOD promueve el estudio y ejercicio de la caza sostenible como actividad lúdica o deportiva, motor de la actividad económica, en especial en el mundo rural. Por todo ello realiza estudios científicos sobre los recursos cinegéticos, hábitats y especies, así como medios aplicables a la gestión de los recursos cinegéticos. Pretende contribuir al desarrollo de nuevas técnicas o nuevos materiales aplicables al conocimiento de las especies y su gestión, tales como receptores de seguimiento, desarrollo de marcadores, técnicas de genética, etc.