El Braco Alemán de pelo largo es único en el cobro, especialmente en agua, y de muestra electrizante, nació del empeño de los criadores por lograr un perro polivalente apto para casi todo. ¡Y vaya si lo consiguieron! Pronto comenzó a contar con gran popularidad entre los venadores alemanes, ganando adeptos y convirtiéndose en uno de los emblemas caninos del país germano.
Durante el final de la Edad Media podían encontrarse perros de caza de pelo largo en la mayor parte de las tierras bajas y pantanosas del norte de Francia, Holanda y oeste de Alemania, donde se les denominaba con un sinfín de nombres: chiens d´oysel, épagneuls, spionnen, stöberhunde o wachtelhunde, entre otros.
Originariamente, se utilizaban para levantar la caza a las rapaces de cetrería, pero con la fabricación de armas suficientemente ligeras para abatir aves en pleno vuelo, los cazadores comenzaron a seleccionar los ejemplares de este tipo de perros con mayor instinto de muestra.
Así, los franceses consiguieron criar los conocidos como chiens couchants (perros de punta), que denominaron épagneuls. Y a partir de ellos, los ingleses desarrollaron los setters. En Alemania la “metamorfosis” de perros levantadores a mostradores ocurrió más tarde. De hecho, no sería hasta mediados del siglo XIX cuando la idea de una raza nacional de perro de muestra de pelo largo cautivaría la imaginación de los cazadores alemanes.
Como el braco alemán y el drahthaar, que se desarrollaron después, el braco alemán de pelo largo se creó cruzando perros locales de caza con razas de otros países. Probablemente, el épagneul bretón, el setter y el pointer inglés contribuyeron a la mezcla, a los que, según varias fuentes fidedignas, se añadieron también terranovas y collies.
EL OBJETIVO CONSEGUIR UN ESTÁNDAR
De estas mezclas apareció una gran variedad de perros. Su capa más común fue la de colores marrón y blanco, pero también surgieron otros negros y blancos, incluso se dieron capas tricolores.
Y su tamaño y aspecto general también fue muy dispar. Pronto quedó claro que si los criadores querían establecer una raza nacional de perros de pelo largo, algo se tenía que hacer para estandarizarla. Debían ponerse manos a la obra.
Así, en 1879, diferentes personalidades muy influyentes se reunieron en Hannover durante la exhibición realizada por Vereins zur Veredelung der Hunderassen (Asociación para el Refinamiento de las Razas Caninas) para redactar un estándar. Curiosamente, cuando terminó la reunión, un perro llamado Mylord 1, nacido en 1875 y propiedad de Gustav Borcher de Brunswick, fue declarado el modelo de braco alemán de pelo largo, redactándose un estándar basado en sus características.
A pesar de que por entonces había excelentes perros de esta raza blancos y negros (incluso algunos tricolores propiedad del príncipe Albrecht de Solms-Braunfels), el estándar oficial solo permitía perros con capas de color marrón y blanco.
¿Por qué esta decisión? La respuesta la encontramos en la situación política y en las tradiciones religiosas del momento. En primer lugar, para muchos criadores el marrón era simplemente el color más atractivo, y el que más acostumbrados estaba a ver en perros de pelo largo.
Otros debieron pensar que los marrones se verían menos en el monte, por lo que serían ideales para la práctica de la caza mayor, pues así pasarían desapercibidos para la fauna.
Pero también es muy probable que los criadores más patrióticos pensasen que las capas negras y tricolores eran simplemente “demasiado inglesas”. Como sus homólogos franceses, los cazadores alemanes del siglo XIX tenían una especie de relación amor-odio con todo lo británico.
A algunos les atraía la idea de utilizar sangre inglesa aun con capas negras; otros, sin embargo, se mostraban totalmente en desacuerdo con ello. ¡Les tiraba más la patria!